Archivos de Medicina Familar: 2

Orígenes de la Medicina Familiar

En esta segunda entrega del libro de Medicina Familiar el autor explica los orígenes de ésta especialidad.

Autor/a: Dr. Ian McWhinney

Coordinado por el Dr. Julio Ceitlin, una figura prominente y de larga trayectoria en el tema. Es para nosotros un motivo de orgullo poder poner esta obra al alcance de nuestros usuarios.

En los países de habla inglesa, la Medicina Familiar se desarrolló desde la práctica general. En el siglo XIX y a principios del siglo XX la gran mayoría de la profesión médica eran médicos generales, los que practicaban medicina, cirugía y obstetricia. En los primeros años de este siglo, comenzaron a emerger las especialidades mayores: medicina interna, cirugía, pediatría, obstetricia y psiquiatría. La entrada a estas especialidades se hacía a través del entrenamiento de postgrado y los médicos generales fueron definidos por su falta de entrenamiento adicional. Se asumía que cualquier graduado médico podía ser un médico general y que la práctica general no era una disciplina clínica por derecho propio.

Durante la segunda mitad del siglo XX el número de especialistas creció grandemente y las especialidades mayores se fragmentaron en subespecialidades más estrechas. El número de médicos generales declinó y el entrenamiento más limitado de los especialistas no los preparaba para manejar el amplio espectro de padecimientos tradicionalmente atendidos por los generalistas. En este tiempo, emergió el concepto de niveles de atención. A nivel de la atención primaria el público tiene acceso a un médico generalista que es capaz de manejar de 85 a 90 por ciento de todos los problemas de salud. Si se requiere asesoramiento o tratamiento especializado el paciente es derivado al nivel secundario que incluye las especialidades mayores. Los pacientes que requieren manejos complejos, especialmente con tecnologías caras, son derivados a los centros de atención terciaria que sirven a grandes poblaciones y están a menudo asociados con escuelas de medicina.

Alrededor de los años 50, el declinante número de médicos generales comenzó a crear una brecha en el nivel de atención primaria. Fue en esa época que en muchos países se formaron los Colegios y Academias de Medicina General, dedicados al desarrollo académico de la disciplina. La práctica de la medicina general comenzó a ser vista, no simplemente como el grueso indiferenciado de la profesión sino, como una disciplina clínica y un cuerpo de conocimientos por propio derecho. En los Estados Unidos, por ejemplo, el informe de la Comisión Millis en 1966, titulado La Educación Graduada de los Médicos, recomendó el entrenamiento especializado de postgrado para todos los médicos de atención primaria. En los años siguientes se formaron los departamentos de medicina general o medicina familiar en las escuelas de medicina, se desarrollaron programas de entrenamiento, y se establecieron las calificaciones para la especialidad. En los Estados Unidos, la Medicina Familiar se convirtió en una especialidad certificada por un Consejo ad-hoc. En Canadá, el primer examen para certificación tomado por el Colegio de Médicos de Familia se realizó en 1969.

En algunos países, estos desarrollos fueron acompañados por un cambio del nombre de la práctica general a Medicina Familiar. En otros, se retuvo el viejo nombre para una nueva disciplina. Los nuevos programas de entrenamiento están basados en dos importantes principios educacionales. Primero, como en otras disciplinas clínicas, el que se entrena debe aprender las destrezas fundamentales, el "core", mediante práctica supervisada en su propia disciplina - una unidad docente de Medicina Familiar. Segundo, los supervisores y los profesores y docentes, deben ser médicos de familia. Otros especialistas clínicos y otros ámbitos educativos desempeñan un rol, pero no el central, en el currículo. En muchos lugares del mundo los departamentos de Medicina Familiar, ocupan una parte importante en el currículo de grado.

Los principios de la Medicina Familiar

Existen nueve principios. Ninguno es único ni particular de la Medicina Familiar y no todos los médicos de familia ejemplifican los nueve completos. Sin embargo, cuando se toman en conjunto, esos principios representan una visión distinta del mundo, un sistema de valores y un enfoque de los problemas - que se identifica como diferente de los de otras disciplinas.

1. El médico de familia está comprometido con la persona más que con un cuerpo particular de conocimientos, grupo de enfermedades o una técnica especial. Ese compromiso se abre en dos sentidos: Primero, no está limitado por el tipo de problemas de salud; el médico de familia está disponible para cualquier problema de salud en una persona de cualquier sexo y edad; su práctica no está limitada siquiera a lo estrictamente definido como problema de salud: el paciente define el problema; esto significa que un médico de familia nunca puede decir - "Lo siento, pero su malestar o su enfermedad no está en mi campo" - Cualquier problema de salud de uno de nuestros pacientes está en nuestro campo; aunque podemos derivar al paciente para tratamiento especializado, nosotros somos responsables de la evaluación inicial y de la coordinación de la atención. Segundo, el compromiso no tiene un punto final definido; no termina con la curación de una enfermedad, la finalización de un curso de tratamiento, o la incurabilidad de un padecimiento; en muchos casos el compromiso se establece mientras la persona está sana, antes de que se haya desarrollado cualquier problema, en otras palabras, la Medicina Familiar se define a si misma en términos de relaciones, lo que la hace única en los principales campos de la medicina clínica.

2. El médico de familia se esfuerza por comprender el contexto de la enfermedad. Escribió William James: "Para comprender una cosa correctamente, necesitamos verla tanto fuera de su ambiente como dentro de él y conocer la gama completa de sus variaciones." Muchos padecimientos no pueden ser comprendidos completamente a menos que se vean en el contexto personal, familiar y social. Cuando un paciente es admitido al hospital, mucho de ese contexto de la enfermedad es removido u oscurecido. La atención parece ser enfocada sobre el frente más que sobre el fondo, de lo que resulta a menudo una imagen limitada de la enfermedad.

3. El médico de familia ve cada contacto con sus pacientes como una oportunidad para la prevención y la educación para la salud. Puesto que el médico de familia ve a cada uno de sus pacientes, en promedio, alrededor de cuatro veces por año, ello constituye una fuente muy rica de oportunidades para aplicar la medicina preventiva.

4. El médico de familia ve a su práctica* como una "población en  riesgo". Los clínicos piensan normalmente en término de pacientes individuales más que en grupos de población. Los médicos de familia tienen que pensar en término de ambos. Esto significa que uno de sus pacientes que no ha sido inmunizado u otro al que no se ha controlado la presión sanguínea, deberían preocuparle tanto como aquel que se atendió para control del niño sano o el que es tratado por hipertensión. Esto implica un compromiso de mantener la salud en los miembros de su grupo de práctica, se atiendan o no en el consultorio.

5. El médico de familia se ve a sí mismo como parte de una amplia red comunitaria de organizaciones para la atención de la salud. Todas las comunidades tienen una red de apoyo social, oficial o no oficial, formal o informal. La palabra red sugiere un sistema coordinado lo que no siempre es así. A menudo los miembros de los servicios de salud y de los servicios sociales - incluyendo a los médicos - trabajan en compartimentos estancos, sin ningún asidero como sistema en conjunto. Un médico de familia puede ser mucho más efectivo si puede desplegar todos los recursos de la comunidad en beneficio de sus pacientes.

6. Idealmente, el médico de familia debe compartir el mismo hábitat de sus pacientes. Esto le da un conocimiento de primera mano de las condiciones de vida y trabajo de sus pacientes. En años recientes esto se ha vuelto menos común excepto en áreas rurales.

7. El médico de familia ve a sus pacientes en las casas así como en el consultorio y el hospital. Hasta los tiempos actuales, la atención de los médicos en los hogares era una de las experiencias más profundas de la práctica de la medicina familiar. Era en el hogar donde sucedían muchos de los grandes eventos de la vida: el nacer, el morir, el enfermarse o recobrarse de enfermedades serias. Estar presente con la familia en estos eventos daba a los médicos de familia mucho de sus conocimientos acerca de los pacientes y sus familias. Conocer el hogar le daba una comprensión tácita de la ecología de la enfermedad. Ecología deriva de las raíces griegas oikos, casa y logos, afición o estudio lo que significa literalmente el estudio de las casas. El surgimiento de los hospitales modernos removió muchas de estas experiencias del hogar. Había ventajas técnicas y ganancias en eficiencia, pero el precio fue de algún modo el empobrecimiento de la experiencia de medicina familiar. La actual redefinición del rol del hospital está cambiando el equilibrio de nuevo y tenemos ahora la oportunidad de restaurar los cuidados en el hogar como una de las experiencias definidas y destrezas esenciales de la medicina familiar.

8. El médico de familia da mucha importancia a los aspectos subjetivos de la medicina. En la mayor parte de este siglo, la medicina ha sido dominada por un enfoque estrictamente objetivo y positivista de los problemas de salud. Para los médicos de familia, esto ha tenido siempre que ser reconciliado con la atención a los sentimientos y una comprensión profunda de las relaciones. La comprensión profunda de las relaciones requiere un conocimiento de las emociones, incluyendo nuestras propias emociones. De allí que la medicina familiar debe ser una práctica auto-reflexiva.

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Introducción a la Medicina Familiar