Según informa “Obstetrics and Gynecology”, diversos investigadores, con la coordinación de March of Dime, han estimado que, en 2002, un tercio de 30.000 mujeres estadounidenses que tuvieron partos prematuros lo hubieran podido evitar si hubiesen sido tratadas con 17P.

En 2003, un estudio de instituciones gubernamentales de Estados Unidos, sobre 450 mujeres embarazadas, mostró que se había reducido un tercio de los partos prematuros (antes de la 37 semanas). Se llevó una especial vigilancia en mujeres que ya habían tenido anteriormente algún parto prematuro.

El índice de partos prematuros en Estados Unidos ha crecido el 29% desde 1981. Cada año nacen en aquel país más de 470.000 niños prematuros.

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