Nacido en La Plata el 14 de julio de 1923, se recibió como médico en la Universidad Nacional de esa ciudad en 1949. Dos años después, se convirtió en un médico rural, como gustaba definirse, cuando se trasladó a Jacinto Arauz, un pequeño pueblito de La Pampa, donde se tuvo que atender casos de los más variados. Luego de dos años en Arauz, partió hacia los Estados Unidos con la idea de perfeccionarse en cardiocirugía, especialidad en la que obtuvo su mayor logro: el by-pass coronario, técnica que fue descubierta accidentalmente en los Estados Unidos, y que Favaloro perfeccionó. En Estados Unidos realizó el primer by-pass exitoso de la historia de la medicina.
El corazón es un músculo cuya función es distribuir -mediante sus contracciones- sangre a todo el organismo. El líquido regresa a este órgano por el sistema venoso, es despedido hacia los pulmones para oxigenarse, vuelve al corazón y es otra vez impulsado por éste, ahora hacia todo el cuerpo a través de las arterias. Todas las células humanas necesitan ser alimentadas por sangre oxigenada para poder cumplir con sus funciones. De todos los órganos, es el mismo corazón el que necesita extraer más oxígeno de la sangre para poder funcionar sin descanso como lo hace, y son las llamadas arterias coronarias las que lo proveen de este líquido vital. Estas arterias, por diferentes causas, pueden obstruirse y no irrigar satisfactoriamente al corazón, alterando seriamente su funcionamiento y poniendo en peligro la vida de la persona. Favaloro trabajó en el desarrollo de diversas técnicas para lograr, mediante cirugía, la creación de un canal alternativo a la arteria taponada y así corregir la deficiente irrigación sanguínea del corazón. A estas técnicas de derivación del flujo sanguíneo se las denomina by-pass.
Con una gran experiencia Favaloro regresó a la Argentina en 1971. En 1980 la Universidad de Tel Aviv, de Israel, creó la Cátedra de Cirugía Cardiovascular que lleva su nombre. Por ese tiempo, Favaloro comenzó a efectuar también los primeros transplantes de corazón en el país, y pronto se convirtió en una eminencia en este tipo de operaciones. Estudioso y aplicado, logró además que la tasa de mortalidad durante la realización de los by-pass se redujera del 10 al 5 por ciento. En total, hasta su muerte, Favaloro realizó más de 13 mil operaciones de by-pass.
Luego, pasó a dirigir el Instituto de Cardiología del Sanatorio Güemes, que se convirtió en el lugar de referencia a nivel latinoamericano en el ámbito de la cardiocirugía. En 1992, Favaloro logró cumplir un sueño: el establecimiento de su propia clínica, que llamó Instituto de Cardiología y Cirugía Cardiovascular, pero que se conoce con el nombre de la fundación que la sustenta: Fundación Favaloro. En poco tiempo, la Fundación se convertiría en el centro especializado más importante de Latinoamérica. En la actualidad, la Fundación realiza hasta 8 operaciones diarias, y muchas de ellas son gratuitas, dado que se practican en pacientes de bajos recursos. También se efectuaron numerosos transplantes pulmonares y hepáticos, que expresaron nuevos rumbos en el país y en toda América del Sur.