Para llevar a cabo el estudio, los investigadores utilizaron por primera vez la combinación de un polígrafo tradicional con la resonancia magnética por imagen funcional (RMIf) en 11 voluntarios a los que se les pidió que alternaran mentiras y verdades. El objetivo de la prueba era el de medir los cambios en la actividad cerebral de los participantes en cada una de las ocasiones.
Las mentiras fueron detectadas con total precisión tanto por el polígrafo como por el RMIf. Sin embargo, como reconoció el Dr. Scott, “ello no implica que podamos utilizar la RMIf como una técnica individual de detección de mentiras. El polígrafo recoge únicamente estímulos periféricos, estímulos que no son sino el resultado final de una larga cadena de activaciones de áreas centrales primarias del cerebro. Y por lo que a nosotros respecta, todavía estamos empezando a comprender el origen de estas activaciones”.
Por todo ello, los resultados sólo pueden, en palabras de los investigadores, calificarse como “altamente prometedores, razón por la que el trabajo debería contar con el apoyo de los organismos de seguridad estadounidenses, caso de la Agencia Nacional de Seguridad”. “Hemos de tener en cuenta –concluyó el Dr. Scott– que la técnica empleada, la RMIf, resulta hoy en día ciertamente costosa. En consecuencia, debemos esperar que los resultados sean utilizados de una manera académica, para así poder comprender el comportamiento psicosocial. Todo ello, lógicamente, sin olvidar las posibles aplicaciones en el campo de la criminología”.
Webs Relacionadas
RSNA 2004
http://www.rsna.org/rsna/
Temple U. School of Medicine, Filadelfia
http://www.medschool.temple.edu/