Así lo aseguró en Madrid el vicepresidente de la Asociación Española de Gastroenterología (AEG), Dr. Antoni Castells, durante la presentación de la "Guía de Práctica Clínica de Prevención del CCR", que ha elaborado la AEG junto con la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC) y el Centro Cochrane Iberoamericano.
Según el Dr. Castells, que ejerce su especialidad en el Hospital Clínic de Barcelona y ha coordinado la obra, las técnicas de cribado que se pueden adoptar desde la Atención Primaria, el análisis de sangre oculta en las heces, la colonoscopia o la sigmoidoscopia; "actualmente son medidas casi inexistentes o que se realizan sólo a título individual".
Esto contrasta con la alta mortalidad del cáncer colorrectal, con once mil muertes anuales en España -"el doble que las víctimas de accidentes de tráfico", señaló el citad especialista-, y con el hecho de que es, según este especialista, "uno de los tumores que más fácilmente se pueden prevenir", ya que la mayoría han sido previamente benignos en forma de pólipos adenomatosos.
El Dr. Castells dio un "toque de atención" a las autoridades sanitarias para que "se pongan las pilas" en esta materia puesto que, pese a que el diagnóstico precoz del cáncer colorrectal haya sido incluido por el Ministerio de Sanidad dentro del Plan Integral del Cáncer, en 2008 los programas de prevención de esta patología serán obligatorios en la Unión Europea a todos los varones mayores de 50 años.
En este sentido, el vicepresidente de la AEG señaló como obstáculos para alcanzar ese objetivo la ausencia de un registro de casos de cáncer colorrectal, o de cáncer en general, de carácter nacional; o la inexistencia de estudios piloto sobre para conocer cómo aceptaría la sociedad española estas medidas, ya que alguna de ellas -caso de las endoscopias- "tiene muy mala prensa", reconoció el propio Dr. Castells.
Asimismo, abogó por organizar convenientemente hasta 2008 el sistema de llamada para someter a pruebas a los mayores de 50 años, los consentimientos informados y la recogida de la información, porque el público diana del cribado se estima actualmente en 11 millones, y se prevé que supere los 18 en el año 2030, una población "inmensa y que supondrá un gran gasto", añadió.
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