El examen genital en los niños, como con todas las intervenciones, requiere normas éticas que deben aplicarse en la práctica médica. Especialmente importante es el respeto para el niño, la sensibilidad a las necesidades del niño, y la paciencia al realizar el examen.
Las prácticas siguientes se recomiendan para el examen genital del paciente pediátrico.
El examen genital sólo debe realizarse cuando específicamente está indicado, por ejemplo durante el examen anual para verificar el desarrollo normal de los genitales externos, buscar anomalías endocrinas, verificar signos físicos sospechosos de abuso, o si es pedido por los padres.
· Los niños más grandes (o el menor maduro) deben ser informados sobre el examen y las razones del por qué es necesario y debe pedirse el consentimiento antes del examen. Deben respetarse la privacidad y confidencialidad.
· Es innecesario toda connotación sexual y debe evitarse durante la entrevista y examen.
· No deben tocarse los órganos genitales o pechos de los pacientes excepto cuando se requerido como parte del examen físico. Siempre se le debe avisar lo que se le va examinar.
· Si el niño no está a gusto con un examen genital, no debe forzárselo. La razón para el examen debe explicarse claramente a los padres y al niño (por ejemplo los casos de supuesto abuso sexual, traumatismo, infección). Si el niño se niega a cooperar, el examen debe posponerse.
· Para los lactantes y niños preescolares, los padres (del niño) o el cuidador debe permanecer cerca del niño a lo largo del examen. El niño debe ser ayudado a desnudarse como requisito y se lo permita vestir en cuanto el examen físico se complete. El examen debe hacerse despacio y cuidadosamente para minimizar incomodidad y dolor. Las niñas pueden sentarse en el regazo de la madre o cuidador en posición de rana - piernas para arriba. Esto permite visualización adecuada del introito y ano, y es una posición menos provocadora de ansiedad que otras posiciones. La posición de rodillas al pecho dónde el niño toma con sus manos las rodillas, permite visualizar himen y vagina pero puede causar temor dado que el examinador está fuera de vista. En los muchachos, la posición en decúbito lateral permite un examen adecuado.
· Para los niños escolares más grandes y adolescentes, un padre o enfermera debe estar presente, y la razón para la presencia debe explicarse. Se le debe permitir al niño vestirse y desvestirse en privacidad, y se debería dar un camisolín para el examen. Los exámenes pelvianos no son de rutinaria en adolescentes que no son sexualmente activos, aun cuando estén prescribiéndose contraceptivos orales. El test de Papanicolaou ( Pap) o pruebas para screening de enfermedades de transmisión sexual sólo se indican si el adolescente es sexualmente activo.
Como conclusión, una planificación cuidadosa y atención detallada, los médicos pueden transmitir el respeto a los pacientes jóvenes y ganar su confianza, para que el examen genital sea una experiencia menos amenazante y menos traumática.
Artículo comentado por el Dr. Edgardo Checcacci, editor responsable de IntraMed en la especialidad de Pediatría.