Examinaron a 290 mujeres suecas nacidas a principios del siglo XX que fueron seguidas durante su vida adulta. Cada 5 años se evaluó su salud, estilo de vida, composición corporal y función cognitiva. En 1992, cuando tenían entre 70 y 84 años de edad, se realizaron tomografías para evaluar el tamaño del cerebro. Los resultados muestran que aquellas que presentaban mayor reducción en los lóbulos temporales presentaban un índice de masa corporal (IMC) mayor en la edad adulta, entre 1 y 1,5 puntos más alto que aquellas sin pérdida de volumen cerebral. El IMC fue el único factor relacionado con la disminución de volumen de los lóbulos temporales.

De ello, concluyen que la obesidad es otro factor a tener en cuenta para prevenir enfermedades asociadas al envejecimiento como la demencia y la atrofia cerebral.

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