El utilización de taxanos ha mejorado los resultados en pacientes con cáncer de pecho metastásico y en aquellos cuya enfermedad se ha extendido a los nódulos linfáticos. La terapia de radiación es también muy importante como tratamiento complementario para evitar que se reproduzca el tumor localmente. A pesar de ello, según los expertos, algunas de las radiaciones dirigidas a los tejidos del pecho y la pared torácica llegan hasta los pulmones.
Aunque con el uso de las modernas técnicas de radiación la incidencia de este tipo de neumonía es baja, algunas investigaciones habían sugerido que este efecto secundario se da más frecuentemente entre aquellas pacientes que reciben taxanos. Para estudiar la relación entre la quimioterapia con los taxanos y la incidencia de la neumonía por radiación los científicos analizaron 189 pacientes de cáncer de mama en ensayos aleatorios de fase III. Las enfermas se dividieron en dos clases de tratamiento, un grupo era tratado con cuatro ciclos de taxanos seguidos por cuatro ciclos de 5-fluorouracil, doxorrubicina y ciclofosfamida (FAC) y después recibían una terapia de radiación. Al otro grupo se le aplicaban ocho ciclos de FAC seguidos de radiación.
Según los resultados del estudio no hubo una diferencia significativa en la tasa de neumonía entre los dos grupos: un 5% de incidencia en el grupo de taxanos-FAC y un 4,5% en el grupo con terapia FAC. Además, según los investigadores, ninguna paciente fue hospitalizada o falleció a consecuencia de los efectos secundarios.
Los autores afirman, tras este análisis, que las pacientes que siguen tratamientos de quimioterapia a base de taxanos no muestran un aumento clínicamente relevante en las posibilidades de sufrir neumonía.