La Dra. Sabadell ha recordado que el cáncer de mama, que se diagnostica durante la gestación o hasta un año después del parto, suele detectarse en estadios más avanzados respecto a la población de mujeres de la misma edad no gestantes ni lactantes, lo que conlleva a un peor pronóstico.
Este retraso diagnóstico es habitual, estando el tiempo medio entre la aparición de los síntomas y el diagnóstico entre los 5 y los 15 meses, en comparación con las mujeres no embarazadas. Aunque la sistemática del diagnóstico debe ser la misma que en mujeres no gestantes ni lactantes, si bien con ciertos matices y condiciones, la clínica suele ser imprecisa, debido al aumento del volumen mamario, y al incremento de densidad de toda la glándula. Los procesos inflamatorios, como una mastitis aguda, son difíciles de diferenciar del carcinoma inflamatorio, ha señalado esta especialista.
La Dra. Sabadell ha destacado que los protocolos de control gestacional y durante la lactancia son de gran importancia en el diagnóstico temprano de un cáncer de mama. La exploración clínica en la primera visita de una mujer embarazada o lactante es imprescindible, ya que el dolor a la palpación y la ingurgitación de las mamas puede dificultar el diagnóstico y, por lo tanto, retrasarlo.
El tratamiento debe ser el estándar según el estadio de la enfermedad en el momento del diagnóstico, valorando en cada caso la inhibición de lactancia, que debe suprimirse cuando se administra quimioterapia, ya que muchos agentes antineoplásicos se excretan en grandes proporciones en la leche materna, pudiendo afectar al niño lactante.
En cuanto a la mamografía, que es el principal método de diagnóstico fuera de la gestación, disminuye durante ella su sensibilidad para la detección de lesiones mamarias, debido al aumento de vascularización, a la hiperemia y al incremento del contenido acuoso glandular.
Además, en el caso de tratarse de una mujer lactante, la sensibilidad de la mamografía está disminuida por la presencia de leche. La experta también se ha referido a la ecografía, una técnica "inocua y que puede ayudar a distinguir entre masas sólidas y líquidas, pero sigue no siendo suficiente para el diagnóstico. La diferenciación entre lesiones benignas y malignas es difícil por la densidad glandular mamaria durante la gestación o lactancia".
Por su parte, la citología tampoco es tan fiable como en pacientes no gestantes, dado que la hiperproliferación fisiológica del epitelio que se produce durante el embarazo o lactancia puede dar lugar a citomorfologías atípicas en tejido benigno, pudiendo ser la causa de falsos positivos.
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