Prevalencia y sensibilidad

Actualización en conjuntivitis bacteriana

El objetivo de este trabajo fue conocer los agentes bacterianos más frecuentes productores de conjuntivitis aguda purulenta infantil y estudia su sensibilidad.

Autor/a: Dres. B Orden Martíneza, R Martínez Ruiza, R Millán Péreza

Fuente: An Pediatr (Barc). 2004 Jul;61(1):32-6.

Indice
1. Discusión
2. Desarrollo

H. influenzae o S. pneumoniae se han identificado en casi el 70 % de los 370 exudados conjuntivales positivos. H. influenzae sigue siendo el patógeno más prevalente en niños con conjuntivitis aguda, aislándose en el 51,7 % de todos los exudados conjuntivales positivos, solo o asociado a otra bacteria patógena. S. pneumoniae , la segunda bacteria más prevalente y probablemente la de mayor poder patógeno, se encuentra en el 30,4 % de las conjuntivitis infantiles. En 30 de los 56 exudados conjuntivales donde se aislaron 2 o más bacterias, se demostró la presencia de ambas.

Como ya han demostrado otros autores, H. influenzae , S. pneumoniae y M. catarrhalis han sido las bacterias que con más frecuencia han producido conjuntivitis en la infancia, pero además de las anteriores, en esta serie se destaca la aparición de S. aureus en los 3 grupos de pacientes y Entero bacteriaceae y Streptococcus grupo viridans como importantes aislados en lactantes.

S. aureus puede causar blefaritis y blefaroconjuntivitis pero en raras ocasiones puede considerarse como agente primario de conjuntivitis aguda; sin embargo, su aislamiento debe ser tenido en cuenta por si está asociado a otras infecciones oculares, incluidas algunas muy graves como la endoftalmitis.

Según los autores, la presencia de Streptococcus grupo viridans en el exudado conjuntival mayoritariamente sugiere contaminación con flora del borde del párpado, y su aislamiento ha de valorarse con reservas. Se piensa que pueden ser agentes que colonizan o sobreinfectan en conjuntivitis víricas o por C. Trachomatis.

N. meningitidis se ha implicado en casos de conjuntivitis aguda y clínicamente es indistinguible de otras conjuntivitis purulentas. Esta conjuntivitis se clasifica en primaria o exógena y secundaria o endógena. La primaria puede suceder de dos maneras: invasiva o no invasiva. En la forma invasiva la conjuntivitis es la puerta de entrada de N. meningitidis y el principio de la enfermedad invasiva meningocócica. En la forma no invasiva, la conjuntivitis es un suceso aislado. La conjuntivitis meningocócica secundaria es una rara complicación de la enfermedad meningocócica invasiva. La verdadera incidencia de conjuntivitis meningocócica no se conoce, debido a que la mayoría de las conjuntivitis agudas se tratan empíricamente. En el tratamiento de la conjuntivitis meningocócica primaria interviene tanto el tratamiento tópico con el tratamiento sistémico de la enfermedad meningocócica invasiva debido al riesgo de diseminación, con profilaxis a los contactos íntimos.

Neisseria cinerea se ha descrito en la literatura médica como agente de conjuntivitis infantiles en menores de 1 año. Esta especie puede confundirse con N. gonorrhoeae , ya que crece en los medios selectivos para Neisseria patógenas.

E l término conjuntivitis en el recién nacido ha reemplazado a la oftalmia neonatorum , y se refiere a las conjuntivitis que suceden en los primeros 28 días de vida incluyendo infecciones por Chlamydia trachomatis y N. gonorrhoeae , además de otros patógenos, y la conjuntivitis irritativa por nitrato de plata.

Los autores destacan que, en el tratamiento de las conjuntivitis agudas purulentas se utilizan antimicrobianos tópicos excepto en los casos de aislamiento de N. meningitidis y N. gonorrhoeae.

Existen pocos trabajos en la literatura especializada donde se habla de la sensibilidad antibiótica de las bacterias aisladas en exudados conjuntivales, quizá debido al uso de colirios donde se asocian antibióticos para grampositivos y gramnegativos que suelen erradicar la infección fácilmente. Sabiendo que H. influenzae y S. pneumoniae son los agentes productores de conjuntivitis más prevalentes en la edad pediátrica, el tratamiento empírico de este proceso ha de ir dirigido a erradicarlos. En el caso de los lactantes y más concretamente en los niños de 0 a 6 meses es aconsejable realizar previamente un cultivo del exudado conjuntival debido a la diversidad de bacterias aisladas.

Sensibilidad antibiótica:

Los resultados de este trabajo muestran una buena actividad de los aminoglucósidos gentamicina y tobramicina, en H. influenzae , M. catarrhalis y S. aureus pero su eficacia es menor en S. pneumoniae al igual que lo descripto en la literatura científica. La eritromicina no es eficaz en los bacilos gramnegativos y la sensibilidad en los neumococos es tan sólo del 65 %. Se encontró que la tetraciclina fue notablemente activa en H. influenzae , M. catarrhalis y S. aureus , pero la sensibilidad en los neumococos disminuye al 68 %. Tanto la ciprofloxacino y como la rifampicina fueron activas en más del 90 % de los cuatro patógenos estudiados. Ciprofloxacino ha sido aprobado por la Food and Drug Administration (FDA) para el tratamiento de conjuntivitis aguda en niños mayores de 12 meses.

S. pneumoniae ha sido la bacteria que ha presentado mayor nivel de resistencia a los antimicrobianos de uso en colirios.

Los autores concluyen que H. influenzae y S. pneumoniae fueron las bacterias más prevalentes y que la ciprofloxacina, cloranfenicol y rifampicina fueron los antibióticos más activos frente a estos patógenos.