El glioblastoma multiforme es uno de los tumores cerebrales primarios más agresivos y difíciles de tratar que afectan a la población adulta, con un pronóstico fatal a los pocos meses del diagnóstico. Este tipo de tumores originan 125.000 muertes en todo el mundo y cada año se diagnostican 175.000 nuevos casos.
Por primera vez, un estudio multicéntrico fase III, dirigido por la EORTC (European Organization for Research and Treatment of Cancer) realizado con 573 pacientes, de 85 hospitales y 14 países, establece la comparación entre un tratamiento basado en radioterapia y quimioterapia con temozolomida en régimen concomitante o adyuvante, frente a un régimen de tratamiento que incluye sólo la radioterapia en pacientes con glioblastoma multiforme recién diagnosticado.
Según los expertos reunidos en ASCO, los resultados de este estudio marcan la pauta para establecer un nuevo estándar de tratamiento en los pacientes afectados por este tipo de cáncer. Hasta ahora, el abordaje terapéutico se centraba en la citoreducción mediante la resección quirúrgica, seguida de sesiones de radioterapia con o sin tratamiento de quimioterapia adyuvante.
El Dr. Roger Stupp afirmó en su presentación que “los datos del estudio establecen claramente un nuevo estándar de tratamiento para el glioblastoma multiforme, ya que se han obtenidos resultados consistentes en un amplio grupo de pacientes pertenecientes a más de 80 centros hospitalarios de Europa, Canadá y Australia”.
El estudio comparó los datos de supervivencia entre 286 pacientes con glioblastoma multiforme que recibieron sólo radioterapia y 287 pacientes a los que se les administró temozolomida durante y tras las sesiones de radioterapia. Dos años después, los pacientes del segundo grupo (radioterapia concomitante y adyuvante con temozolomida) incrementaron en tres meses el tiempo de supervivencia (15 meses vs. 12 meses) y se amplió el tiempo libre de progresión del tumor (7,2 meses vs. 5 meses) frente a los pacientes que recibieron sólo tratamiento con radioterapia.
Por otra parte, el número de pacientes que sobrevivieron dos años al tumor fue del 27% en el caso del grupo tratado con radioterapia y temozolomida adyuvante/concomitante y del 10% en el caso de los pacientes tratados sólo con radioterapia.
Según el Dr. Stupp, “este estudio es el primero que ha demostrado que la quimioterapia puede afectar al desarrollo de este tipo de tumores. Pero, a pesar del incremento de la tasa de supervivencia, la mayoría de los pacientes con glioblastoma multiforme no se curan y son necesarios más ensayos clínicos e investigaciones”.
Temozolomida es el único agente antineoplásico que interfiere en el crecimiento de las células tumorales, al ser capaz de atravesar la barrera hematoencefálica. El fármaco ha mostrado su eficacia en el tratamiento de pacientes con glioma maligno (glioblastoma multiforme y astrocitoma anaplásico) que presentan recurrencia o progresión después de una terapia estándar (cirugía + radioterapia + quimioterapia).
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