Primero, se debe considerar si al realizar una cesárea electiva esta apoyada en el juicio clínico basado en la Beneficencia. Los principios éticos basados en ella obligan al médico a buscar un mayor balance entre los beneficios y perjuicios clínicos en el cuidado del paciente. En una revisión de la literatura reciente se halla una rápida defensa de la tesis de que últimamente la cesárea se ha probado ser más segura debido a las mejorías quirúrgicas, anestésicas, técnicas transfusionales y también la disponibilidad de antimicrobianos más potentes. Más aún, las tendencias demográficas acerca del tamaño de las familias sugieren que en el futuro menos mujeres tendrán que afrontar los riesgos de una 3ª o 4ª cesárea. Datos recientes muestran la protección de la cesárea sobre la incontinencia urinaria ya sea moderada o severa que aparece mas tarde en la vida.
También se han publicados datos que sugieren que el fracaso de la progresión en el trabajo de parto lleva a realizar actos que se asocian con morbilidad neonatal (fórceps- distocia). Otros beneficios serían que al realizar una cesárea a las 39 semanas se evitarían problemas potenciales como la muerte fetal ante o intra parto por accidentes de cordón o abruptio placentae, Un 25% de los casos de parálisis cerebral son producto del periodo intra parto, las lesiones provenientes del parto serían menos frecuentes, la morbilidad infecciones neonatales provenientes de infecciones por herpes simple o del HIV, de hepatitis C y de HPV estarían también sustancialmente reducidas. Se puede agregar que determinar el día apropiado para realizar el parto beneficiaría el balance entre profesionales y volumen clínico.
Esto último parecería trivial pero existen suficientes datos que sugieren que un personal insuficiente y agotado puede contribuir a la morbilidad materno-neonatal. La alteración del piso pelviano que aparece más tarde en la vida de la paciente mejoraría con esta determinación. Finalmente se debe reconocer que aunque si la mujer eligiera una prueba vaginal, existe la posibilidad de una cesárea intraparto lo que elevaría la morbilidad mediata más que si se hubiera elegido realizar una cesárea electiva. Comprensibles juicios clínicos basados en la Beneficencia requieren que los beneficios de la cesárea sean balanceados con los beneficios del parto vaginal y los riesgos de la cesárea electiva. Problemas pulmonares neonatales producto de fechas inciertas, riegos relacionados con la amnioscentesis y complicaciones operatorias incluyendo infecciones, hemorragias y lesiones viscerales son factores de significativa consideración.
Algunos informes presentan un aumento del riesgo de muerte fetal inexplicable posterior a un primer embarazo terminado en cesárea. Aunque cada vez menos frecuente, la muerte materna representa el más importante de los factores a tener en cuenta. El riesgo relativo de mortalidad materna ha sido estimado en 2,84 (M, Bewley S Maternal mortality and mode of delivery, letter, Lancet1999; 354:776) y parecería aumentar ante las indicaciones de cesáreas iteradas por placenta accreta. Sin embargo se debe aceptar que algunas muertes que fueron atribuidas a la cesárea pudieron haberse evitado si estas no hubieran sido precedidas por un trabajo de parto complicado o si las urgencias obstétricas se hubieran evitado con terminaciones más tempranas.
Algunos trabajos han informado que las cesáreas electivas están asociadas con tasas menores de mortalidad materna que los partos vaginales (Yoles L, Mashidas S," Increased Maternal Mortality in Cesarean Section compared to vaginal delivery", Time for reevaluation. Abstract Am. J Obs and Gyn.1998; 178 suppl S78). Aunque es baja la incidencia, es una obligación del médico, basado en la evidencia, la prevención de muertes innecesarias. Mas allá de las ventajas médicas del parto vaginal, existen beneficios psicosociales tales como la unión madre-hijo y la lactancia materna temprana. También debe considerarse que el parto vaginal es "natural" y que es el medio de nacer que ha mantenido la humanidad a través de los milenios. De todas maneras se debería acotar que si lo "natural" es considerado absolutamente como la "norma", no deberían existir vacunas, anestésicos y por tal caso cesáreas de urgencia.
En la opinión de los autores el juicio clínico basado en la beneficencia aun favorece a los partos vaginales, opinión compartida por los obstetras del Reino Unido y de Israel. Aunque las ventajas de la vía vaginal son menos evidentes en los últimos años. En este punto parecería ser que ofrecer una cesárea electiva no es consistente con los juicios clínicos basados en la Beneficencia. La Justicia, y el respeto de la Autonomía, dos principios fundamentales de la ética médica deberían también ser considerados.