Efecto de la posición manos y rodillas

Variedad occípito-posterior al momento del parto

Se evalua la eficacia de la posición manos y rodillas y el ejercicio del balanceo pélvico sobre la persistencia de la variedad occípito-posterior al momento del parto.

Autor/a: Dres. Kariminia A, Chamberlain ME, Keogh J, Shea A.

Fuente: BMJ. 2004 Feb 28;328(7438):490. Epub 2004 Jan 26

Indice
1. Evaluación de los resultados
2. Desarrollo
3. Bibliografía

Se consideró una persistencia de variedades posteriores al momento del parto cuando los fetos eran expulsados en esas variedades espontáneamente o cuando fueron rotadas manualmente o con instrumentos. Se requirió a los obstetras registrar la variedad de posición al momento de la cesárea. Se consideró que existía una variedad de posición transversa persistente cuando estaba presente al momento de la expulsión o cuando se realizó una cesárea por fracaso del trabajo de parto con dilatación completa o casi completa. Se registraron todas las otras circunstancias asociadas (Anestesia, modo del parto, episiotomía, duración del parto, Score de Apgar etc).

En la base de datos se usó una doble entrada y los datos fueron analizados después de evaluar el control de calidad. Se comparó la incidencia de la persistencia de variedades posteriores en ambos grupos. Se estableció el significado estadístico por medio del  2 y se calculó el intervalo de confianza. Se consideraron las características capaces de ser factores de confusión potenciales, que estuvieron significativamente asociadas a las variables de resultados (p<0,05) en el análisis univariado y se incluyeron en un modelo de regresión logística.
El análisis primario se hizo sobre la intención de tratar.

Resultados:

En 3 años fueron randomizados 2547 mujeres, de las cuales 1292 fueron asignadas al grupo tratado y 1255 al grupo control. 29 (2%) pacientes del grupo evaluado y 34(3%) del grupo control tuvieron sus partos antes de las 37 semanas o comenzaron su trabajo de parto dentro de las 24hs de comenzado el estudio. 217(17%) pacientes del grupo estudiado y 12(1%) del grupo control se retiraron del estudio. Ambos grupos fueron comparables en términos del peso, edad, índice de masa corporal (BMI), ocupación, y paridad.

Resultados primarios:

Se constataron variedades posteriores persistentes en el 8,1% del grupo tratado y en el 7,8% del grupo control. También fue similar la incidencia de variedades transversas (3,4%). Fueron evaluados también los efectos de la posición MyR sobre la posición fetal ajustándolos con la paridad dados los informes de que la paridad es un factor de riesgo (6). Se encontró que la nuliparidad estaba asociada con un aumento de las variedades posteriores (Odds Ratio 2,5; IC 95 % 1,9-3,3). Aun ajustándolo con la paridad esta posición no modificó la variedad del occipucio (Odds Ratio 0,94, 0,73 a 1,21). No se hallo interacción significativa entre paridad y ejercicio.

Resultados secundarios:

No se encontraron diferencias entre ambos grupos en relación con la inducción al parto, modo de parto, episiotomía, ni Score de Apgar.
Adherencia: de las 1046 mujeres en el grupo de intervención, 36% permaneció haciendo los ejercicios de 15 a 28 veces hasta el comienzo del trabajo de parto, 35% lo hizo entre 29 y 42 veces y 12%, 43 veces o mas. Las que los realizaron menos veces fue porque el trabajo de parto comenzó más temprano. Analizando la información se pudo ver que no incidió sobre los resultados.

Discusión:

Los consejos dados por las Obstétricas para hacer estos ejercicios no están respaldados por la investigación. Un solo estudio en el año 2002 fue de la suficiente calidad como para ser evaluado (12) y en él no se encontró suficiente evidencia para apoyar esta práctica. En este presente trabajo de Kariminia y Chamberlain no se encontraron diferencias significativas entre ambos grupos. En el total 55% de las pacientes fueron nulíparas comparadas con el 41% en otro trabajo realizado en el 2000 (13), esto podría explicar la mayor incidencia de variedades posteriores que en otros trabajos (3-4-14). Gardberg y asociados encontraron que el 68% de los fetos con variedad occípito-posterior al momento del parto lo fueron por una mala rotación provenientes de variedades anterior (3). En el trabajo que se presenta esta posibilidad no fue investigada. (Nota de la Editora: Tampoco fue evaluado el tipo de pelvis y su influencia en la rotación del polo cefálico).
Una de las razones para el número de pacientes que abandonaron este trabajo se debe a lo incomodo de este ejercicio.

Conclusión:

La posición de manos y rodillas y los ejercicios pélvicos para lograr la rotación desde la variedad occípito-posterior a anterior no demostró en este estudio controlado aleatorizado multicéntrico ser efectiva. Dado el hecho que este estudio involucró a 7 lugares diferentes sus resultados probablemente se pueden aplicar a otras poblaciones. Una revisión Cochrane tampoco encontró evidencia suficiente como para apoyar esta intervención. Por lo tanto, en ausencia de evidencia de beneficio, se sugiere interrumpir este ejercicio, al menos como un modo de conseguir la rotación cefálica fetal.