Cirugía de la tiroides

Biopsia por congelación en la cirugía de tiroides

El objetivo de este estudio fue evaluar la biopsia por congelación intraoperatoria en pacientes con enfermedad nodular de la glándula tiroides.

Autor/a: Dres. Cetin B, Asian S, Hatiboglu C, Babacan Bal

Fuente: Can J Surg. 2004 Feb;47(1):29-33.

Indice
1. Biopsia por congelación
2. Desarrollo
3. Bibliografía

Los resultados de la BCI mostraron enfermedad maligna en 27 (13,3%) de los 203 pacientes (el diagnóstico fue confirmado por el examen histopatológico), enfermedad benigna en 173 (85,2%), pero en 10 (5,8%) de éstos, los exámenes histopatológicos diagnosticaron enfermedad maligna (6 carcinomas papilares ocultos, 2 carcinomas papilares, 1 variante folicular de carcinoma papilar y 1 carcinoma folicular). Cuando los cánceres ocultos son excluidos, las tasas caen a un 2,3%.

Los resultados preoperatorios de la PAAF en estos 4 pacientes reportaron enfermedad benigna en 3 y "sospechosa" en 1.
La BCI reconoció enfermedad maligna en 22 (95,6%) de los 23 pacientes reportados como portadores de enfermedad maligna por la PAAF, en 1 (0,6%) de los 152 con enfermedad benigna por la PAAF y en 4 (20%) de los 20 pacientes con enfermedad sospechosa por PAAF. En otras palabras, la BCI reconoció 4 muestras sospechosas y 1 falso-negativo por PAAF como malignas. Siete pacientes en esta serie tenían carcinomas tiroideos papilares ocultos y ni la PAAF ni la BCI pudieron revelarlos.

LA sensibilidad global para la PAAF y la BCI fue del 63,8% y 72,9%, respectivamente; la especificidad fue del 100% para ambas y la precisión diagnóstica fue del 92,5% y 94,4%, respectivamente. Cuando se excluyeron carcinomas ocultos, las tasas de sensibilidad, especificidad y precisión para la PAAF alcanzaron 74,1%, 100% y 95,2%, respectivamente y para la BCI, 87,1%, 100% y 97,8%, respectivamente.

Discusión

La citología por PAAF de los nódulos tiroideos ha mostrado ser segura, precisa y superior a la evaluación clínica en casos de enfermedad maligna de tiroides [2,7] Muchos cirujanos prefieren confirmar todos los diagnósticos de neoplasia hechos por PAAF con una BCI [8], pero el papel de la BCI ha sido debatido en la literatura; algunos autores han encontrado ninguna o poca diferencia en la sensibilidad, especificidad o precisión entre las dos técnicas [3,6]. La BCI aumenta el tiempo y los costos operatorios y su necesidad todavía es incierta [9]. El cirujano puede enfrentarse con una decisión difícil cuando los resultados de la PAAF y de la BCI son discordantes [8].

En este estudio, los resultados de la biopsia por PAAF en 23 pacientes (11,3%) fueron reportados malignos y la malignidad fue confirmada por el examen patológico final en todos; la BCI reportó 22 de ellos como malignos. La sensibilidad de la BCI para el grupo maligno de la PAAF fue 100%, pero la PAAF siempre fue correcta y la BCI no contribuyó nada y no alteró las decisiones quirúrgicas en ese grupo.

En 13 de los 152 pacientes que fueron reportados como portadores de enfermedad benigna por la PAAF, se confirmó que tenían una enfermedad maligna en el examen histopatológico. La BCI reportó sólo 1 paciente con enfermedad maligna de estos 13 y el diagnóstico fue diferido en 6 casos. La sensibilidad de la BCI para el grupo benigno por PAAF fue del 25%, aún cuando 5 cánceres ocultos fueron excluidos, entonces la contribución de la BCI en este grupo también fue pequeña. Esto podría ser explicado por el hecho de que el diagnóstico de cáncer folicular y de carcinoma de células de Hürthle depende de demostrar invasión capsular o vascular, lo que no es posible con la PAAF ni la BCI [10-12]. También hay dificultad en diagnosticar las variantes foliculares del carcinoma papilar por la PAAF y BCI porque sus características citomorfológicas se solapan con aquellas de las lesiones foliculares benignas o neoplásicas; la variante folicular contiene muy poco de las características nucleares típicas del carcinoma papilar y puede ser pasada por alto por ambas técnicas [13]. El congelamiento puede inducir distorsión celular, haciendo la diferenciación aún mas difícil [12].

Los hallazgos de la biopsia por PAAF mostraron que 20 pacientes tenían muestras que eran sospechosas de enfermedad maligna y 4 de estos fueron reportados como malignos por la BCI. La sensibilidad de la BCI para el grupo sospechoso por PAAF fue del 80%, lo cual fue paralelo a aquello reportado en la literatura médica. En la presente serie, la BCI influenció la decisión operatoria en el 20% de los casos. De estos resultados, los autores concluyen que la BCI fue de más ayuda en el reconocimiento de la malignidad cuando los resultados de la PAAF eran sugestivos de malignidad.

En el grupo inadecuado de la PAAF de 8 pacientes, de los cuales en 2  se encontraron carcinomas papilares ocultos, la BCI reportó 7 resultados benignos y 1 resultado diferido. El tamaño pequeño del grupo y la falta de cáncer invasor, impide cualquier conclusión en cuanto a la necesidad de la BCI. La mayoría de las autores recomiendan tanto la BCI como la citología por impronta si la PAAF es inadecuada [14-16].

En esta serie, ni la PAAF ni la BCI demostraron los 7 casos de carcinoma tiroideo oculto. Los carcinomas ocultos son difíciles de diagnosticar por medios citológicos y algunos recomiendan la PAAF guiada por ecografía [17].

La sensibilidad global de la PAAF en la serie de los autores fue más baja que la reportada en la literatura (63,8%), mientras que la sensibilidad de la BCI (72,9%) estuvo dentro del rango reportado [3]. En el presente estudio los hallazgos sospechosos fueron considerados separadamente de aquellos claramente malignos y benignos por PAAF y cuando los carcinomas ocultos fueron excluidos, las tasas de sensibilidad de la PAAF alcanzaron 74,1% y de la BCI, 87,1%.

Varios trabajos recientes reportan resultados similares a los de los autores, estos es, cuando la PAAF era suficiente (benigno o maligno), la BCI no contribuía con nada más [18,19]. Algunos prefieren agregar la impronta citológica a la BCI; otros sugieren la impronta citológica como una alternativa a la BCI y la recomiendan especialmente para pequeños hospitales con falta de facilidades para el examen de la BCI [15].

Conclusiones

La PAAF y la BCI fueron encontradas como procedimientos de diagnóstico específicos, precisos y sensibles al evaluar nódulos tiroideos. La BCI fue de mucha ayuda en los pacientes con hallazgos sospechosos en la biopsia por PAAF. La información actual también sugiere que la BCI no es necesaria cuando la biopsia por PAAF da un diagnóstico maligno o benigno concreto. Ambas técnicas fallan al revelar carcinomas ocultos de la tiroides.