Los autores de esta investigación observan que son escasos los trabajos centrados en esta modalidad suicida. Sería éste el primer estudio abocado a los sobrevivientes que eligieron la precipitación en su primer intento suicida.
Método:
El centro hospitalario universitario (CHU) de Rennes recibe las urgencias médico-quirúrgicas de una región que comprende unos 300.000 habitantes, y atiende unos 1.500 suicidas al año. Sobre la base de datos recogidos entre los años 1994-1998 los autores analizan los concernientes a pacientes que ingresaron por un primer intento de suicidio, precipitándose: defenestración, arrojarse desde un lugar elevado (puente, terraza, escalera). Se excluyeron los pacientes que habían tenido algún intento de suicidio previo.
El estudio se realizó en tres tiempos: 1. Lectura sistemática de los datos iniciales, tomando en cuenta las características sociodemográficas, los antecedentes psiquiátricos y el análisis semiológico y clínico de la problemática del paciente; 2. lectura de los datos consignados en unidades de otras especialidades en las que el paciente hubiese sido atendido, para completar los datos recogidos en 1; 3. estudio de las historias clínicas disponibles de algunos pacientes transferidos al hospital psiquiátrico de Rennes.
Resultados:
Los autores pudieron identificar 25 casos que respondieron a los criterios: 13 mujeres (rango de edad 16-69 años) y 12 hombres (rango de edad 15-34 años), con predominio de personas jóvenes: 68% de menos de 35 años, y en esta franja etaria predominancia de hombres (70,5%). Por encima de los 35 años todas las personas fueron mujeres.
La altura máxima registrada en este estudio desde la que un sujeto se arrojó fueron 28 metros. Las lesiones más frecuentes y que afectaron aproximadamente a la mitad de las personas estudiadas fueron traumatismo raquídeo y fractura de miembros inferiores. El resto de las lesiones se repartieron entre fractura de cadera, de costillas, traumatismo craneofacial y fractura de miembros superiores. Ninguno presentó lesiones viscerales.
El estudio de los antecedentes psiquiátricos mostró que el 68% (n=17) de los sujetos padecían un trastorno psiquiátrico identificable antes de su de acto suicida: (alcoholismo, depresión o esquizofrenia). Más de la mitad habían tenido internaciones psiquiátricas o tratamientos psiquiátricos ambulatorios. Todos los pacientes identificados como alcohólicos crónicos estaban ebrios al momento del pasaje al acto suicida (8 pacientes). Dos pacientes, depresivos crónicos, tomaron medicamentos antes de arrojarse. No hubo casos de consumo de drogas psicodislépticas.
Artículo comentado y traducido por la Lic. Alicia Kasulin, editora responsable de IntraMed en la especialidad de Psiquiatría