Síndrome de ojo seco

Evaluación del proceso clínico del síndrome de ojo seco

El objetivo de este estudio es evaluar los síntomas subjetivos, factores de la función lagrimal y la morfología de la superficie ocular en pacientes en éstos pacientes.

Autor/a: Dres. Horwath-Winter J, Berghold A, Schmut O, Floegel I, Solhdju V

Fuente: Arch Ophthalmol. 2003 Oct;121(10):1364-8

Indice
1. Desarrollo
2. Bibliografía

El síndrome de ojo seco o queratoconjuntivitis seca es una enfermedad de la superficie ocular atribuible a distintas alteraciones de la función natural y mecanismos protectores del ojo, que tienen como consecuencia la inestabilidad de la película lagrimal. Esta enfermedad está asociada a una serie de síntomas que van desde la irritación persistente, al ardor, picazón, enrojecimiento, dolor, fatiga ocular y problemas visuales.

Los síntomas han sido clasificados en dos categorías principales: deficiencia acuosa de las lágrimas (DAL) y ojo seco por evaporación. La deficiencia de las lágrimas puede a su vez dividirse en ojo seco causado por síndrome Sjögren (SS), enfermedad auto-inmune que afecta las glándulas lacrimales y salivales; y ojo seco no-SS que comprende una serie de causas de deficiencia lagrimal. El ojo seco por evaporación tiene como causa una deficiencia y/o alteración de las secreciones lípidas de las glándulas de meibomio que tiene como consecuencia un aumento en la evaporación de las lágrimas de la superficie ocular.

Los casos más severos de síndrome de ojo seco asociados con SS o enfermedades de la piel como la rosácea pueden tener complicaciones que pongan en peligro la visión.  Por lo tanto, es importante un diagnóstico precoz. La mayoría de los casos de ojo seco se desarrollan gradualmente, a lo largo de los años, con una disminución en la producción de lágrimas y daño de la superficie ocular como última etapa. El ojo seco no-SS parece deteriorarse más lentamente y en menor profundidad que el asociado con SS.

La finalidad de este estudio es evaluar los síntomas subjetivos, la frecuencia en la aplicación de sustituto artificial de lágrimas, factores de la función lagrimal, y condiciones morfológicas de la superficie ocular en pacientes con síndrome de ojo seco.

Pacientes y métodos:

Se diagnostico síndrome de ojo seco, de acuerdo a los síntomas presentados, a 97 pacientes (78 mujeres  y 19 hombres) con molestias oculares. Evaluaciones posteriores indicaron que  9 pacientes tenían deficiencia acuosa lagrimal, 32 pacientes disfunción de la glándula de meibomio, 30 pacientes tenían una combinación de ambos problemas, 12 pacientes con deficiencia lagrimal asociada con SS, 14 con deficiencia lagrimal y disfunción de la glándula de meibomio asociadas con SS. Se realizaron seguimientos de 12 a 94 meses (seguimiento medio: 40 meses) luego del diagnóstico inicial.

Se realizaron las siguientes pruebas al comienzo y durante el seguimiento: BUT (tiempo de ruptura lagrimal), prueba de Schirmer sin anestesia local (Schirmer I), tinción con rosa de bengala y fluoresceína e impresión citológica. Se compararon los resultados en la línea  base y luego de un seguimiento de 1 a 8 años (media 3,3 años), como así también los síntomas subjetivos y la frecuencia de aplicación de sustituto de lágrimas.

Resultados:

En la línea de base los resultados de la función de la película lagrimal y de las pruebas de la superficie ocular mostraban más anormalidades patológicas y síntomas más severos en los dos grupos de pacientes donde la enfermedad estaba asociada al SS, en relación con los pacientes cuyo síndrome no se asociaba al SS. No hubo diferencias en la frecuencia de aplicación del sustituto de lágrimas.

En el seguimiento los resultados de las pruebas BUT, Schirmer I, tinción con fluoresceína mejoraron en relación a los valores iniciales. En cambio la tinción con rosa de bengala y la impresión citológica no se modificaron. Los síntomas y la frecuencia de aplicación de sustituto de lágrimas disminuyeron.
Los resultados de nuestra investigación muestran con el tratamiento adecuado puede haber mejoría pero la enfermedad continúa presente. En concordancia con otros estudios realizados sobre el tema, se observa la precaria relación existente entre la morfología de la superficie ocular y los síntomas.

Los pacientes con desórdenes en la película lagrimal tienen síntomas de irritación ocular. Dichos síntomas aparecen en los cinco grupos pero son más severos en los pacientes con SS.

El tratamiento resulta positivo de acuerdo a lo observado en el período de seguimiento. El objetivo de utilizar sustituto de lágrimas es aumentar la humedad de la superficie ocular y mejorar la lubricación. Cuando existe daño en la superficie ocular, la solución de sustituto de lágrimas proporciona un medio en el cual el epitelio puede recuperar su estructura y función normales.

Los valores más elevados del BUT durante el seguimiento se deben a un aumento del nivel de lípidos ya que la impresión citológica no mejoró.

Con la edad, la producción de fluido lagrimal disminuye,  probablemente a causa de una atrofia senil de las glándulas. Por el contrario, hemos observado una mejora en los valores de  la prueba de Shirmer I.

El hecho de que la tinción con rosa de bengala y la impresión citológica no cambien o se deterioren levemente durante el período de observación, indica que la enfermedad sigue presente o que la mejora de ciertos factores de la película lagrimal no fue suficiente para curar la conjuntiva en este período medio de 3,3 años.

El ojo seco se define como una película lagrimal inestable y la presencia de daños en la superficie ocular pero, para los pacientes, los síntomas son el problema principal.  En el seguimiento, los síntomas mejoraron en 66 de los 97 pacientes (68%) que recibieron tratamiento. Las principales razones para esta mejora son el tratamiento y/o mecanismos de homeostasis. Los pacientes deben tener en cuenta que una protección insuficiente contra las condiciones ambientales puede agravar el ojo seco.  Aunque el riesgo de complicaciones que pongan en peligro la visión es bajo, las formas más severas del síndrome, las asociadas con SS o enfermedades dermatológicas, deben ser controladas regularmente.

Los síntomas no se modificaron en 29 de los 97 pacientes (30%) y empeoraron en 2 (2%). Por lo tanto es necesario encontrar terapias más efectivas y específicas, para satisfacer a todos.

Conclusiones:

Dentro del período de observación de 8 años, el síndrome de ojo seco mejoró o se estabilizó gracias al tratamiento adecuado. Aunque ninguno de los pacientes se curó por completo, los síntomas subjetivos como así también la frecuencia de aplicación de lágrimas artificiales disminuyeron.

Síntesis y traducción: Dr. Martín Mocorrea, editor responsable de Intramed en la especialidad de Oftalmología.