El test, que ha sido desarrollado por Ravgen Inc, utiliza formaldehído para estabilizar las membranas de las células sanguíneas de las muestras de la madre. De esta manera, se obtiene una mayor cantidad de ADN fetal para ser analizado. Sin esta estabilización, el ADN de las muestras se destruye a menudo durante la recogida, lo que supone un problema, ya que se limita el uso de muestras sanguíneas maternas para identificar anomalías como el síndrome de Down o la espina bífida.
Otras pruebas prenatales, como la amniocentesis o las muestras de sangre umbilical, son muy fiables, pero conllevan el riesgo de pérdidas de embarazo. Como consecuencia de ello, muchas mujeres, sobre todo las mayores de 35 años, renuncian a tales pruebas.
En una primera fase del estudio, el porcentaje medio de ADN fetal libre en las muestras de sangre no tratadas era de un 7,7%, mientras que en las muestras tratadas con formaldehído era de un 22,2%. En la segunda fase, se obtuvo una media de un 25% de ADN fetal libre de 69 muestras de sangre materna tratada con formaldehído. Aproximadamente un 59% de las muestras en este estudio registraron un 25% más ADN fetal, y tan solo un 16% de las muestras registraron menos de un 10% de ADN fetal. Además, un 27,5% de las muestras presentaban un 50% más de ADN fetal.
Los autores concluyen que, cuando las muestras poseen un alto porcentaje de ADN fetal libre, la diferencia entre el índice esperado de cromosomas para un feto sano y el de un feto anormal es mayor, lo que hace más fácil el diagnóstico de anomalías cromosómicas.