Para la realización del estudio, los investigadores siguieron a más de 800.000 mujeres que dieron a luz entre los años 1992 y 2001 y observaron que las mujeres con obesidad mórbida presentaban un mayor riesgo de complicaciones durante el embarazo y el parto.
Además, y en comparación con las mujeres normopesas, sus bebés presentaban un riesgo hasta 2-3 veces mayor de nacer muertos o de morir precozmente tras el parto. De todas maneras, debe resaltarse que estas situaciones resultaron altamente infrecuentes.
En palabras de la autora del estudio, la Dra. Marie Cedergren, de la Universidad de Linkoping, Suecia, “estas evidencias deben motivar a las mujeres jóvenes a llevar un control sobre su peso antes de planear su primer embarazo”.
Los trabajos previos habían mostrado que las mujeres obesas –IMC igual o superior a 30– presentan una mayor probabilidad de sufrir complicaciones durante el embarazo, caso de hipertensión arterial y diabetes en la madre, o de que los bebés nazcan muertos o se requiera una cesárea. Estudios que, según apuntó la Dra. Cedergren, “no habían analizado una muestra tan amplia de mujeres con obesidad mórbida y embarazadas. Nosostros hemos incluido más de 16.000 mujeres con un IMC de al menos 35, entre las cuales hasta 3.840 presentaban un IMC igual o superior a 40”.
Los resultados muestran que las obesas mórbidas presentan un riesgo hasta 4-5 superior de desarrollar pre-clampsia que las mujeres normopesas. Asimismo, el riesgo de aborto tras la semana 28 de gestación es hasta 3 veces mayor, mientras que la necesidad de cesárea en estas mujeres es el doble de la normal.
La Dra. Cedergren también observó que la tasa de mortalidad de los neonatos era muy superior en las mujeres con obesidad mórbida. Asimismo, los bebés presentaban mayores índices de peso al nacer, así como menores índices en la escala de Apgar –analiza la salud de los neonatos mediante varios factores, caso de la tasa coronaria.
El riesgo de complicaciones en las mujeres obesas también fue mayores cuando se compararon con las normopesas. Riesgo, en todo caso, inferior al que presentaban las mujeres con obesidad mórbida. Por todo ello, la Dra. Cedergren concluye que, “los embarazos de las mujeres con obesidad mórbida deben clasificarse como embarazos de alto riesgo, razón por la que debe llevarse a cabo un cuidado prenatal apropiado”.
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SEEDO
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Universidad de Linkoping
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