En los últimos años diversos autores y organismos han establecido recomendaciones para el diagnóstico y la prevención de la alergia al látex.(101) Para ello, la primera medida es evitar el contacto con el alergeno, pero esto es difícil dada la gran cantidad de productos que lo contienen. Hay diversas medidas clásicas, aunque algunas son poco recomendables por razones obvias, como utilizar guantes de algodón debajo de los de látex, utilizar guantes de polímeros sintéticos (neopreno, vinilo, estirenobutadieno, etc.).
No obstante, al no tener estos guantes las mismas propiedades fisicoquímicas, además de no permitir un tacto tan preciso como los de látex, (102) no ejercen el mismo efecto barrera, por lo que pueden ser permeables a determinados virus. Aunque la eliminación completa de los guantes de látex no es factible en el presente, hay evidencias de que la exposición a esta sustancia puede reducirse en forma notable mediante un uso más racional de los guantes hechos con este material.
Cremer y col. (103) encontraron un descenso significativo de sensibilización al látex tras la aplicación de profilaxis primaria durante la cirugía y el sondaje vesical intermitente en niños con espina bífida. Kattan y col., (104) en un estudio realizado en este tipo de pacientes, no encontraron significativo el número de intervenciones, a diferencia de otros autores, hecho que relacionan con el establecimiento en sus centros de guías de actuación para este tipo de pacientes. Numerosas normativas internacionales recomiendan no emplear guantes de látex en las tareas en que no haya riesgo de contacto con derivados hemáticos; si fuera necesario usar guantes de látex, se debe de recurrir a guantes no empolvados y con bajo contenido proteico. (105)
Es necesario extremar las medidas higiénicas para elimi nar por completo todos los reservorios potenciales de látex en el ambiente, en especial en los quirófanos. En pacientes sensibles las intervenciones deben realizarse en quirófanos sin látex; por ello, en los hospitales se recomienda disponer de quirófanos y áreas de hospitalización exentas de látex, además de protocolos específicos de actuación frente a pacientes alérgicos a este material. Se han publicado listados de material médico que contiene látex y las correspondientes alternativas que no lo contienen, que han de ser adaptados a cada centro sanitario. (106) Fernández Sánchez y col. (107) proponen que en aquellos pacientes con antecedentes de reacciones alérgicas al látex, o con factores de riesgo, debe efectuarse un estudio alergológico preoperatorio, al igual que en niños con espina bífida, aun cuando no hayan desarrollado síntomas. Sin olvidar los pacientes sometidos a procedimientos estomatológicos. (108)
En la actualidad se ha reducido el contenido alergénico del látex gracias a las diversas modificaciones incorporadas en el proceso de extracción y manufactura. (109)
Por otro lado, también se ha conseguido reducir el contenido de aeroalergenos del látex de los guantes, al suprimir el polvillo de almidón como sistema de lubricación de éstos. Se ha demostrado que los preservativos de látex desproteinizado son bien tolerados por pacientes alérgicos. (110)
La elaboración de guías de actuación ante pacientes sensibles al látex o con riesgo de sensibilizarse, como el recientemente publicado por MartínezLage y col. (111)
para pacientes con espina bífida, pueden ser extraordinariamente útiles. Ante una reacción alérgica por sensibilización a látex, lo primero y fundamental será el tratamiento sintomático del cuadro y después evaluar la posibilidad de instaurar un tratamiento con inmunoterapia específica con extractos de látex, que se presenta como una alternativa de tratamiento etiológico de la alergia inmediata o de tipo I. Ya se dispone de algún estudio preliminar en el que se ha demostrado la efectividad de este tipo de tratamiento. Así, Laynadier y col. (112) efectuaron un estudio doble ciego, controlado con placebo, de inmunoterapia con látex durante 1 año. Nueve pacientes se incluyeron en el grupo activo y ocho en el placebo.
La eficacia de la inmunoterapia se evaluó a los 6 y 12 meses, mediante puntaje de síntomas y provocaciones conjuntivales. Al cabo de un año de tratamiento los síntomas oculares, cutáneos y de asma eran significativamente menores en el grupo activo. Aunque en general las dosis fueron bien toleradas, algunos pacientes presentaron efectos secundarios severos, como hipotensión, urticaria y edema faríngeo. En otro estudio, Pereira y col. (113) administraron durante 5 meses inmunoterapia específica con un extracto acuoso de látex a una paciente de 31 años, técnica de radiología. Cuando se encontraba en zonas donde se utilizaban guantes de goma la paciente presentaba edema palpebral y prurito nasoocular. Sus síntomas fueron haciéndose cada vez más severos, hasta que desarrolló dos cuadros de anafilaxia tras comer castañas e higos. Tras el tratamiento con inmunoterapia mejoró sensiblemente, con clara disminución de los síntomas nasooculares. Además la paciente podía permanecer en zonas del hospital donde antes había sido incapaz de tolerarlo.
La mejoría se objetivó mediante provocación con látex en una cámara. Resultados similares encontraron Toci y col., (114) tras administrar inmunoterapia por vía oral a tres pacientes trabajadores sanitarios que pudieron volver a su trabajo sin síntomas. Aunque no se puede realizar un metaanálisis de los trabajos publicados, debido a su escasez y a las diferentes metodologías empleadas, los buenos resultados obtenidos en estos estudios preliminares hacen pensar que en un futuro no muy lejano dispongamos de extractos eficaces para el tratamiento de la alergia al látex.
Actualización
La alergia al látex
Al ser en la actualidad la alergia al látex un problema de salud pública, hemos intentado actualizar en forma sintética los conocimientos actuales sobre el tema.
Autor/a: Dres. J M Negro Álvarez, J C Miralles López, A P Camús
Fuente: Archivos de alergia e inmunología clínica 2003; 34; 2: 28-35
Indice
1. Prevención y tratamiento
2. Bibliografía
3. Epidemiología
4. Manifestaciones clínicas
5. Diagnóstico
6. Desarrollo