Obesidad en la tercera edad

Obesidad en ancianos: ¿a quién tratar, cómo y porqué?

La Obesidad en los ancianos merece consideraciones especiales.

Autor/a: Dres.Kennedy, R Lee; Chokkalingham, Kamal; Srinivasan

Fuente: Current Opinion in Clinical Nutrition and Metabolic Care: Volume 7(1) January 2004 pp 3-9

La creciente epidemia de obesidad (O) y sus complicaciones afecta a todas las edades.
Esta revisión focaliza sobre la O en los ancianos (A), su fisiopatología, la relación con las enfermedades a esa edad, las opciones terapéuticas y la calidad de vida.

Prevalencia:

La prevalencia de O aumenta hasta los 50 a 59 años y luego declina. En los mayores de 80 baja a la mitad o la tercera parte. Los países más desarrollados son los que tienen más O y también mayor expectativa de vida. Sin embargo, una persona con Índice de Masa Corporal (IMC) > 35, pierde 8 a 13 años su expectativa de vida. Entre los ancianos O están los que fueron O desde más jóvenes y sobrevivieron y los que aumentaron de peso en edad avanzada.

Cambios en el metabolismo y la composición corporal:

A partir de los 20 a 30 años la masa magra, principalmente el músculo (M), disminuye progresivamente y la masa grasa aumenta. El metabolismo basal en A baja 30% por disminución del gasto metabólico en reposo y de la actividad física (se estima que es 50% menor). Las mujeres y los A tienen menos capacidad de oxidar grasas (G), y se favorece la acumulación de adiposidad, que a su vez baja el gasto metabólico. Si el aporte calórico no se reduce, el balance energético será positivo. La pérdida de músculo esquelético es una de las principales causas del gasto basal bajo. La O sarcopénica implica menos M, menos rendimiento y calidad de vida.
Muchos A con intolerancia a la glucosa no son O. El aumento de la G visceral es un determinante de la insulinorresistencia.

Inflamación Crónica y Cambios Endócrinos:

Un bajo grado de inflamación crónica es parte del proceso de envejecimiento.Se relaciona con la pérdida de M, alteración de la función inmune e insulinorresistencia. El TNF-a  aumenta con la edad, se correlaciona con el grado de control metabólico en DBT 2 y está alto en el Alzheimer y la enfermedad macrovascular. La IL-6, proteína C, otras proteínas de fase aguda y moléculas de adhesión se asocian con síndrome metabólico. Las citoquinas que se sintetizan en el tejido G afectan todo el organismo.
Los A tienen menos hormona de crecimiento y IGF-1, situación que favorece la pérdida de M. Los hombres A tienen menos testosterona y las mujeres desde la menopausia acumulan más G.

Aumento de la Mortalidad:

El efecto de la O sobre la mortalidad disminuye en los A. El peso ideal para la longevidad es un poco mayor en los A y no se ha demostrado que el sobrepeso leve implique mayor riesgo cardiovascular.
El objetivo en el tratamiento de la O en A es no es disminuir el peso sino el tejido G. En A las oscilaciones de peso se asocian a mayor mortalidad. La pérdida de peso se asocia con más dependencia, peor salud y deterioro de las funciones. Los programas de mantenimiento de peso son más apropiados para esta edad.

Relación con el aumento de la morbilidad:

El 25% de los ancianos tiene síndrome metabólico o DBT, siendo la O un factor de riesgo.
Los mayores de 80 años representan menos del 5% de la población y el 20% de las admisiones por infarto de miocardio. La O central es un factor predisponerte para enfermedad coronaria y enfermedad vascular periférica.

Calidad de Vida:

La función cognitiva disminuye en los mayores de 74 años con marcadores de inflamación crónica más altos. La O es un determinante de la calidad de vida, a través de su relación con las enfermedades cardiovasculares y la DBT.
La actividad física mejora la calidad de vida en A

Tratamiento de la O en A:

La dieta y el ejercicio son los pilares del tratamiento, teniendo en cuenta la presencia o no de comorbilidad. No está probado que las drogas como el orlistat y la sibutramina sean seguras en A. Los trabajos sobre estas drogas excluyen a los mayores de 75 años. El orlistat podía usarse, ajustando bien la dieta. Al considerar a la sibutramina para los A, hay que recordar que está contraindicada en las enfermedades cardíacas isquémicas y la HTA.
La cirugía bariátrica no se recomienda en A.
La actividad física es una buena herramienta terapéutica, pero muchos A tienen dificultades para realizarla. Hay muchas publicaciones recientes acerca de los beneficios de programas de entrenamiento de baja intensidad, sobre la calidad de vida y la salud. El entrenamiento progresivo se asocia con aumento de las hormonas que ya estoan declinando: la testosterona, hormona de crecimiento y IGF-1.

Conclusiones:

· La O es frecuente en A.

· El peso ideal es mayor, y no todos los A con sobrepeso se benefician con el descenso de peso. La grasa central aumentada predispone a las enfermedades asociadas a O.

· La restricción calórica en A podría generar disminución de la masa M y ser deletérea.

· La O sarcopénica favorece la inflamación crónica.

· Como consecuencia de la obesidad en A se incluye al deterioro de la función cognitiva hasta ahora relacionada con los marcadores inflamatorios elevados.

· El abordaje de la O en A requiere de cuidados especiales.