Publican en "Science" que su hallazgo parece reforzar la controvertida tesis de Sigmund Freud sobre la existencia de la supresión voluntaria de la memoria.
Sus investigaciones muestran que las personas son capaces de bloquear repetidamente pensamientos sobre experiencias que no quieren recordar hasta el punto de que nunca más las rescatarán de su memoria, incluso si así lo desearan.
En el experimento participaron 24 individuos de 19 a 31 años a los que se proporcionó 36 parejas de palabras no relacionadas entre sí para que las recordaran a intervalos de 5 segundos. Se pidió a los voluntarios que intentarán memorizarlas hasta conseguir recordar correctamente tres cuartas partes de las palabras, proceso que requirió uno o dos intentos.
Se empleó resonancia magnética funcional para observar la actividad cerebral de los sujetos. Divididas las 36 parejas de palabras en tres grupos de 12, en primer lugar se pidió a los participantes responder qué término estaba emparejado con cada cual. Después, en la segunda serie de palabras se les pidió que olvidaran y no pensarán en la palabra que acompañaba a la primera.
La cuestión es que después de varias fases del experimento, los sujetos recordaban menos palabras del grupo que habían tratado de olvidar voluntariamente. Según los autores, la memoria de los individuos empeoró a medida que intentaron más y más veces pensar en las palabras que debían olvidar.