El mesotelioma maligno es un tumor altamente agresivo que afecta las cavidades serosas, más comúnmente la pleura. Su incidencia en todo el mundo está aumentando debido a la mayor exposición de muchos individuos de los países desarrolados al asbesto, su agente causal más importante. En general, el mesotelioma es resistente a la quimioterapia y la radioterapia, y raramente se cura con la refección radical.
El mesotelioma puede ser difícil de diagnosticar y contar con marcadores séricos para su diagnóstico precoz sería más beneficioso para el paciente que una intervención posterior.
La mesotelina es una glucoproteína de 40 kDa que se adhiere a la superficie de las células mediante el fosfatidilinositol y se cree que interviene en la adherencia celular y posiblemente en el reconocimiento y la señalización intercelular. Es sintetizada como una proteína 69 kDa precursora y forma dos proteínas, la mesotelina unida a la membrana y una proteína soluble, el factor potenciador megacariocítico. Los autores afirman haber identificado la región promotora del gen de la mesotelina. Un anticuerpo monoclonal, el OV569; el cual reconoce la mesotelina, se une a la superficie de las células de los mesoteliomas, cánceres ováricos y algunos otros tumores pero no a los tejidos sanos, excepto en el mesotelioma. Un tercer miembro de la familia mesotelina/ factor potenciador megacariocítico fue identificado por su capacidad para unirse al OV569. Los autores se refieren a cualquier molécula soluble relacionada con mesotelina/ factor potenciador megacariocítico que es reconocida por el OV569 como relacionada con la mesotelina soluble.
En las muestras de suero de paciente con carcinoma ovárico y unos pocos pacientes con otros carcinomas se han detectado concentraciones aumentadas de proteínas relacionadas con la mesotelina soluble (PMS). Dado que la mayoría de los mesoteliomas mantienen algunas características de la diferenciación mesotelial, los autores postularon que algunos pacientes con mesotelioma podrían presentar un aumento de las concentraciones de las proteínas relacionadas con la mesotelina soluble.
Métodos
Entre 1997 y 2002 se obtuvieron muestras de suero de pacientes consecutivos que se presentaron en consultorios de neumonología y que habían estado expuestos al asbesto. Se investigaron 39 hombres y 5 mujeres con mesotelioma confirmado histológicamente. Se estudiaron las concentraciones séricas de las PMS usando un ELISA determinante doble (sandwich). El estudio fue ciego controlado con 68 controles sanos comparables. Otros 160 participantes presentaban otras enfermedades pulmonares y pleurales inflamatorias o malignas.
Resultados
Treinta y siete (84%) de los 44 pacientes con mesotelioma tenían concentraciones elevadas de PMS en una dilución sérica de 1/80, comparado con 3 (2%) de los 160 pacientes que padecían otros cánceres o enfermedades inflamatorias pulmonares o pleurales y con 28 de los controles que nunca habían estado expuestos al asbesto. Las concentraciones de PMS estuvieron correlacionadas con el tamaño del tumor y aumentaron durante la progresión de la enfermedad. Siete de 40 individuos que habían estado expuestos al asbesto tenían concentraciones séricas de PMS elevadas; tres de los siete desarrollaron mesotelioma y uno un carcinoma de pulmón, dentro de un período de 1 a 5 años. Ninguno de los 33 participantes expuestos al asbesto cuyas muestras séricas tenían concentraciones normales de PMS y que siguieron controlados durante 8 años desarrollaron mesotelioma.
Comentario
De acuerdo con los autores, las moléculas segregadas o diseminadas por las células tumorales a la circulación serían clínicamente útiles como marcadores de enfermedad. Según los resultados encontrados, ellos afirman que la mayoría de los pacientes con mesotelioma tienen concentraciones séricas de PMS elevadas, aun cuando el tumor es todavía muy pequeño, lo cual avala el concepto que la PMS es un marcador sensible de enfermedad cuando el volumen tumoral es pequeño.
Solo 3 de los 160 pacientes con enfermedades pulmonares o pleurales, inflamatorias o malignas mostraron un aumento de las concentraciones de PMS, y las elevaciones fueron menores que las de la mayoría de los pacientes con mesotelioma. Esto indica, dicen, que la liberación de PMS está dada por el mesotelioma maligno y no por otros tejidos pulmonares o mesoteliales inflamados o por otros tumores diferentes al mesotelioma, incluyendo las metástasis pleurales.
Los autores afirman que, en general, las elevaciones de las concentraciones de la PMS van paralelas al crecimiento del tumor, aunque esto no sucede así en todos los pacientes. Por eso, ellos informan que deben proseguir los estudios para evaluar la relación entre las modificaciones de las concentraciones de PMS y el volumen tumoral luego de diferentes intervenciones terapéuticas, para determinar si las determinaciones de la PMS son útiles para monitorear las respuestas terapéuticas.
Sobre la base de los resultados obtenidos, los autores proponen las determinaciones de las concentraciones séricas de la PMS como un complemento útil para el diagnóstico del mesotelioma y que las mediciones seriadas se correlacionan con el volumen tumoral. Las concentraciones séricas de PMS deben ser monitoreadas en los individuos expuestos al asbesto con riesgo de desarrollar un mesotelioma, con el fin de determinar si la intervención terapéutica temprana mejora la evolución de los pacientes, como ha sido comprobado en los mesoteliomas en animales.
Conclusiones
El aumento claro de las concentraciones de PMS en un individuo en riesgo de mesotelioma debe motivar el inicio del estudio radiológico y anatomopatológico estándar, incluyendo la pleuroscopia con biopsia de las lesiones sospechosas. Si se confirma el mesotelioma, debe iniciarse un tratamiento activo con quimioterapia, cirugía con o sin radioterapia e, inmunoterapia, especialmente en el contexto de trabajos clínicos.
Traducción y resumen objetivo: Dra. Marta Papponetti. Editora Responsable de Medicina Interna de Intramed. Especialista en Medicina Interna. Docente Autorizada de la Universidad de Buenos Aires.