Los resultados se basan en el estudio de 70 pacientes sometidos a sustitución quirúrgica de rodilla que recibieron rofecoxib o placebo antes y después de la intervención.

Los autores, del Rush-Presbyterian-St. Luke's Medical Center de Chicago (Estados Unidos), explican que aquellos tratados con el inhibidor de la ciclooxigenasa 2 (COX-2) requirieron menos cantidad de fármacos opioides tras la cirugía que los que recibieron placebo. Dado que estos fármacos a menudo causan vómitos y trastornos del sueño, no es sorprendente que estos problemas fueran menos frecuentes en el grupo tratado con Vioxx, escriben los investigadores.

Además, el tratamiento con el inhibidor de la COX-2 se asoció a una reducción del dolor en la rodilla durante la hospitalización y durante una semana después del alta. También mejoró la movilidad de la rodilla, y los pacientes que recibieron este fármaco necesitaron menos tiempo de rehabilitación para conseguir los resultados esperados.

Cuando se entrevistó a los propios pacientes, los tratados con el rofecoxib se declararon significativamente más satisfechos en relación con el control del dolor que los que recibieron placebo, diferencia que persistió incluso al cabo de un mes de seguimiento.