Psiquiatría de enlace

Cáncer, depresión y ansiedad

En el marco de la psiquiatría de enlace se estudió la incidencia de los trastornos ansiosos y depresivos en una población principalmente constituida por mujeres bajo tratamiento post quirúrgico de cáncer de buen pronóstico.

Autor/a: Dres. C. Manzanera, N. Lafay, N. Papet, J.L. Senon.

Fuente: Annales Médico-Psychologiques 2003, 161: 140-146.

Indice
1. Resultados y discusión:
2. Desarrollo

La muestra estuvo compuesta por 54 pacientes, casi todas mujeres con cáncer de seno, de una edad promedio de 56 años (la más joven de 35 años). El 88% estuvo conformado por mujeres con cáncer de seno, el 8% por varones con cáncer de próstata, y el 4% cáncer colorrectal. El 92,5% había sido intervenido quirúrgicamente. En cuanto a las mujeres operadas de cáncer de seno, el 75% habían sido intervenidas con una cirugía conservadora y el 25% mediante una cirugía mutiladora. En cuanto a los tratamientos, el 15% fue tratado con quimioterapia, el 17% con radioterapia, y el 68 con ambas.

Cerca de la mitad de los pacientes presentaron al menos un trastorno del eje I (42,6%). El 18,5% presentó dos o más trastornos. La prevalencia global de los trastornos del ánimo fue 32%. El 13% de los pacientes presentaron episodios depresivos mayores, y el 19% trastornos de adaptación mixtos. Ningún paciente respondió positivamente a los cuestionarios que evaluaron el riesgo suicida.

Al menos un trastorno de ansiedad estuvo presente en el 30% de la muestra. El más frecuente fue la agorafobia (15%), luego el trastorno de ansiedad generalizada (9%) y finalmente el trastorno de pánico (6%).

En cuanto a la comorbilidad, el 58,8% de los pacientes que presentaron trastornos del ánimo presentaron también un trastorno de ansiedad e inversamente el 62,5% de los pacientes con un trastorno de ansiedad tuvieron también un trastorno del ánimo.

No hubo diferencias de importancia entre pacientes provenientes de medios rurales o urbanos. En cambio la presencia de al menos un niño en el domicilio estuvo asociada significativamente a una mayor prevalencia de trastornos de ansiedad, aunque no para los trastornos del ánimo. Éstos fueron nítidamente más frecuentes en los pacientes con tratamiento quimioterápico: 19,4% de los pacientes en radioterapia presentaron un trastorno del humor vs. 55,6% del grupo de quimioterapia seguido o no de radioterapia.

En la muestra, los trastornos del ánimo tienen su apogeo en el período de pre-tratamiento y disminuyen de forma progresiva hacia la mitad del tratamiento cuando se ubica en su mínimo. Luego hay un segundo período crítico en que aumenta la prevalencia hasta alcanzar niveles similares a los iniciales, y corresponde al fin de la segunda fase de tratamiento.

Los trastornos ansiosos parecen seguir un derrotero similar. El trastorno de pánico tiene una progresión algo diferente, puesto que encuentra su pico hacia la mitad del tratamiento para disminuir luego gradualmente.

Los resultados sugieren que aún las poblaciones de "menor gravedad" padecen psíquicamente y necesitan intervenciones específicas. La escala HAD resultó útil para el diagnóstico en esta población, y permitió discriminar a los pacientes que convenía fueron atendidos por el psiquiatra de enlace. Un diagnóstico como la agorafobia puede ser de suma importancia si, por ejemplo el tratamiento indicado es la radioterapia. Asimismo ciertos indicadores pueden señalar a los pacientes más vulnerables: cuando tienen un niño bajo su cargo, y especialmente el tipo de tratamiento que recibe. Hacia el final de las intervenciones terapéuticas es importante contemplar la posibilidad de preparar a los pacientes para el momento de ruptura con los tratamientos.