El aceite de soja tiene una fórmula alimenticia única que aporta una relación perfecta Omega 6/Omega 3.
Hacia los años 70 los investigadores observaron que algunas poblaciones que ingerían alimentos ricos en Omega 3 no padecían enfermedad cardiaca mientras que aquellos que no los consumían presentaban ciertos tipos de patologías. De allí se dedujo que una excesiva ingesta de Omega 6 sin Omega 3 podría promover enfermedades como alergia, asma, enfermedad coronaria, obesidad, depresión, artritis, desórdenes de la inmunidad, etc.
Las investigaciones posteriores han demostrado que es necesario un balance adecuado entre Omega 6 y Omega 3. Como la disponibilidad de Omega 6 es tan grande, ya que está presente en los cereales y derivados, frutas secas, semillas y sus aceites, legumbres, huevos y carnes , y la cantidad de Omega 3 es en general escasa, la alimentación habitual presenta un balance poco deseado.
La recomendación indica entonces reducir la cantidad de Omega 6 y tratar de aumentar los Omega 3 para llegar a una proporción Omega 6 / Omega 3 saludable ( la Organización Mundial de la Salud recomienda que esa relación se mantenga menor de 10:1 ).
El aceite de soja es rico en ácidos grasos esenciales, figurando entre los aceites recomendados para la nutrición humana. Al analizar su aporte, de ácidos grasos, contiene alrededor del 15% de saturados, 23% de monoinsaturados, 55% de linoleico (Omega 6) y 7% de linolénico (Omega 3) lo que significa una excelente relación Omega 6 / Omega 3 de 7 a 1. Además posee un elevado contenido de vitamina E.
El aceite de soja tiene una mezcla exclusiva de ácidos grasos esenciales (Omega 3, Omega 6) que además de las propiedades ya vistas contribuyen a reducir el riesgo de enfermedades cardíacas
Funciones de las grasas:
Las grasas junto con los hidratos de carbono son los aportadores principales de la energía que el organismo necesita para poder vivir. Cada gramo de grasa aporta 9 calorías es decir algo más del doble de lo aportado por los glúcidos. Pero su importancia además radica en que ciertos alimentos de este grupo aportan ácidos grasos esenciales, que el organismo necesita, pero que no puede fabricar, lo que hace imprescindible su ingreso a través de los alimentos. Otra función importante de las grasas es el transporte de un grupo de vitaminas llamadas liposolubles como la vitamina "A, "D", "E" y "K". Por todo lo antedicho las sustancias grasas son muy necesarias, pero lo importante es elegirlas con inteligencia y moderación.
Algunos tipos de ácidos grasos, especialmente los saturados, aumentan el riesgo de padecer enfermedades coronarias al elevar el colesterol sanguíneo, en contraste, los insaturados (encontrados en los aceites vegetales) no solo no aumentan el colesterol sanguíneo sino que tienden a reducirlo.
Lic. M. Emilia Mazzei
Integrante de GESA -Grupo Educador en Salud y Alimentación.
Miembro adscripto de Fundación Cardiológica Argentina (Funcargen)
Responsable del Área de Nutrición y Etiquetado Nutricional (Funcargen)