Alimentación

El aceite de soja contribuye a la salud cardiovascular

Las más prestigiosas organizaciones internacionales de la salud promueven el consumo balanceado de los ácidos grasos omega-6 y omega-3 que se encuentra en el aceite de soja y en productos de origen marino.

Autor/a: Dr. Tavella M*, Lic. Díaz H**

Indice
1. Desarrollo
2. Los beneficios demostrados de los omega-3

El equilibrio en la ingesta de ciertas grasas como parte de la dieta habitual de las personas genera beneficios en la salud ya que logran prevenir y controlar factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares.

Dos estudios realizados recientemente por el Programa de Prevención del Infarto en Argentina (PROPIA-UNLP) llamaron la atención por los ínfimos niveles de consumo de omega-3 que se registraron en el tejido adiposo estudiado y por la relación inadecuada entre ácidos grasos omega-6 y omega-3 que se encontró en la sangre analizada.

Ambos estudios permitieron conocer la calidad de las grasas consumidas como parte de la dieta habitual de los argentinos. Y en las conclusiones, se puso en evidencia que la población no alcanza un consumo adecuado de estos ácidos grasos en sus dietas, lo que aumenta los riesgos de padecer enfermedades cardiovasculares.

Los resultados alertaron a la comunidad médica ya que las enfermedades cardiovasculares -la hipertensión arterial, la diabetes, la hipercolesterolemia (niveles elevados de colesterol en sangre) y la obesidad cuyos orígenes se encuentran en la combinación de factores genéticos y adquiridos- representan actualmente una de las principales causas de muerte en la Argentina.

Los hábitos alimentarios ocupan un lugar trascendental en la prevención y el control de estas enfermedades. Y están directamente relacionados con la calidad de las grasas que se consumen.

Los conocimientos existentes demuestran que los ácidos grasos omega-6 y omega-3 no sólo son importantes para la salud por la presencia o ausencia en la dieta de uno o el otro, sino sobre todo por el balance en el consumo relativo de ambos.

Las sugerencias de las más prestigiosas organizaciones internacionales, como la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la American Heart Association (AHA) apuntan a promover el consumo de omega-6 y omega-3 en una relación que oscile entre 5 a 1 y 10 a 1.

Las fuentes "naturales" de omega-3 son los productos de origen marino y algunas semillas vegetales (canola, soja y lino), pero en ambos casos actualmente su consumo es reducido.

En el caso de los productos marinos, esto se debe a razones culturales (hábitos alimentarios) y a razones económicas (su costo elevado). En el caso de las semillas, la razón principal es que los aceites disponibles en el mercado con mayores niveles de consumo (girasol, maíz) son sólo ricos en omega-6.

Por eso el aceite de soja pareciera ser una alternativa más que interesante para paliar las carencias descriptas ya que es abundante en la Argentina y contiene una relación entre omega-6 y omega-3 de 7 a 1 (como la recomendada por las organizaciones internacionales de la salud).


*Investigador CONICET. Director del Programa de Prevención del Infarto en Argentina (PROPIA-UNLP).
**Director de Comunicación Social PROPIA-UNLP