Discusión:

Este estudio muestra que las latencias de los PEV y PEAT son mayores en niños con antecedentes de AF, a pesar del tratamiento con hierro. Es evidente que los efectos de la AF en la infancia en los sistemas auditivo y visual pueden ser duraderas.
La formación de mielina madura es un proceso que lleva meses o incluso años. Es posible que los efectos de la injuria durante el desarrollo puedan observarse más tarde, aunque la causa aparente haya sido tratada.
El rol primario de los oligodendrocitos en la producción de mielina depende de la cantidad de Fe. Durante el desarrollo, la interrupción de la disponibilidad de Fe impide la mielinización.

El retardo en el proceso madurativo de los sistemas visuales y auditivos son fundamentales para el aprendizaje.
La falta de Fe puede actuar en forma directa (influenciando las estructuras cerebrales, la bioquímica, el desarrollo funcional) o indirecta (modificando la integración neuronal que define al desarrollo cerebral).

La deficiencia de Fe altera el funcionamiento de la dopamina, importante en la transmisión de la información visual y auditiva. La alteración dopaminérgica puede ocasional fallas en la integración internodal, es decir que las conexiones no estén en su lugar o plenamente funcionales en el tiempo esperado.

No se estudió si los PE alterados se correlacionaban con disminución de la visión y la audición. Sin embargo los niños con AF tuvieron un procesamiento más lento de la información visual. El tiempo de procesamiento visual es un predictor del coeficiente intelectual.

Conclusión:

La AF durante la infancia parece inducir a las disfunciones visuales y auditivas que luego permanecen en el tiempo. Este estudio sugiere que las injurias pueden actuar en forma sinérgica  para alterar los tiempos de pasos claves en el desarrollo del SNC. Estos efectos funcionales limitan los beneficios de la estimulación del medio y contribuir a alteraciones cognitivas a largo plazo en los niños con AF.