La nefropatía diabética es una de las complicaciones más serias de la diabetes, señalan los autores. La microalbuminuria, elemento distintivo de la entidad, es un factor de riesgo importante de la nefropatía y enfermedad cardiovascular en pacientes con diabetes mellitus. Estudios recientes indican que incluso las elevaciones menores en la excreción de albúmina están asociadas con mayor mortalidad en este grupo. Los inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (ECA) son antihipertensivos con efectos específicos sobre la función renal mediante la reducción de la presión transglomerular y la albuminuria. Sus acciones adicionales sobre factores de riesgo y citoquinas le confieren ventajas sobre otros antihipertensivos en términos de renoprotección y prevención de la lesión renal.
Los principales efectos renoprotectores de los inhibidores de la ECA se producen mediante la disminución de la síntesis de angiotensina II (Ang II) en plasma y tejidos. La eficacia de estos agentes en la renoprotección fomentó el desarrollo de otras drogas inhibidoras del sistema renina angiotensina. Los más recientes comprenden a los antagonistas de los receptores tipo 1 de la Ang II. En el presente estudio prospectivo, los autores compararon la eficacia del inhibidor de la ECA enalapril y el antagonista de los receptores de la Ang II losartán, solos o combinados, en las tasas de excreción urinaria de albúmina (TEA) en diabéticos tipo 2 normotensos.
Métodos
La población de estudio incluyó a 34 sujetos con microalbuminuria, definida como la excreción urinaria de albúmina de 30 a 300 mg/d o 20 a 200 æg/min en al menos 3 determinaciones. Las variables de estudio incluyeron factores demográficos, índice de masa corporal, duración de la diabetes, complicaciones crónicas de la entidad y tabaquismo. Los participantes fueron distribuidos de manera aleatorizada para recibir 5 mg diarios de enalapril (grupo 1), 50 mg diarios de losartán (grupo 2) o una combinación de ambos (grupo 3).
Los controles se llevaron a cabo trimestralmente durante 12 meses. En cada visita se determinaron los niveles de hemoglobina glicosilada, glucemia en ayunas y postprandial, TEA, perfil lipídico y presión arterial. Los pacientes fueron tratados con dieta o agentes hipoglucemiantes. Por otra parte, el diagnóstico de cardiopatía coronaria se basó en la evidencia clínica de infarto miocárdico, angina y en los hallazgos electrocardiográficos y angiográficos. La enfermedad vascular periférica fue definida por la existencia de claudicación intermitente, ausencia o debilitamiento de pulsos periféricos o ambos. La retinopatía se documentó mediante evaluación oftalmológica convencional y fue diagnosticada ante la detección de microaneurismas, dilataciones venosas, neovascularización o hemorragias. Por último, la comprobación de neuropatía sensoriomotriz periférica y la conducción nerviosa anómala en al menos 2 nervios periféricos definieron la neuropatía clínica.
Resultados
Las características clínicas y demográficas de la muestra fueron similares, sin diferencias significativas respecto a la prevalencia de retinopatía, neuropatía y macroangiopatía. El tratamiento para la diabetes permaneció relativamente constante en todos los grupos durante la experiencia y ningún paciente requirió insulina. En el grupo tratado con enalapril la TEA disminuyó al rango normal (menor de 30 mg/d) en 10 de sus 12 integrantes al final del estudio. La normalización de las TEA se comprobó en 8 y 7 individuos de los grupos 2 y 3. Los porcentajes de reducción en las TEA de los grupos 1, 2 y 3 al final de los 12 meses ascendieron al 58%, 59% y 60%, respectivamente. Por último, ningún sujeto experimentó efectos adversos asociados con el tratamiento tales como tos, hipoglucemia, hipotensión, mareos o fatiga.
Conclusión
El presente estudio prospectivo reveló que la terapia con el bloqueante de los receptores de angiotensina II losartán y el inhibidor de la ECA enalapril normaliza la microalbuminuria en diabéticos normotensos en igual medida. En base a los hallazgos, podría considerarse que los efectos protectores renales de estas drogas son el resultado de la interrupción del sistema renina-angiotensina. Por otra parte, la combinación de ambos agentes no mejoró la renoprotección a corto plazo. Sin embargo, la terapia combinada podría bloquear la producción de péptidos de angiotensina no controlados (angiotensina III y IV) con efectos todavía desconocidos. Para finalizar, los autores estiman necesario realizar trabajos a largo plazo que permitan arribar a interpretaciones sólidas sobre los efectos e interrelaciones de estos grupos de drogas.