Calidad de vida

Incontinencia fecal

La incontinencia fecal es un desorden relativamente prevalente, multifactorial y multifacético con consecuencias psicológicas significantes.

Autor/a: Dr. Federico Tobal, Dr. Jorge Olmos*

Indice
1. Desarrollo
2. Fisiopatología y Etiología
3. Evaluación clínica
4. Estudios diagnósticos
5. Manejo
6. Bibliografía

Definición y epidemiología

El término se refiere al pasaje incontrolado de materia fecal que ocurre en forma recurrente durante más de un mes en individuos mayores de 4 años. Puede dividirse en incontinencia mayor cuando se produce la excreción involuntaria de materia fecal, y en incontinencia menor cuando hay escape de gases o manchas  inadvertidas de la ropa interior.

La prevalencia varía entre 2,2-15% de la población general en los EE.UU. dependiendo de la definición que se utilice para definir ésta entidad, la metodología aplicada para reclutar a los pacientes y la edad y sexo de los mismos. Sin embargo, no hay dudas que la prevalencia es mayor en el sexo femenino y aumenta considerablemente con la edad. En un análisis multivariable, los factores de riesgo independiente identificados para incontinencia fueron el sexo femenino, la edad, el estado de salud en general y la presencia o no de limitaciones físicas.

Tiene efectos devastadores en la calidad de vida pudiendo llevar al aislamiento social. En diversos estudios, se ha demostrado que más de la mitad de los pacientes con incontinencia refieren alteraciones en su calidad de vida, y 1/3 de los mismos restringen sus actividades cotidianas habituales.

Consideraciones fisiológicas

La continencia depende de varios factores incluyendo el estado mental, el volumen y consistencia de la materia fecal, el tiempo de tránsito colónico, la distensibilidad rectal, la función esfinteriana, la sensibilidad anorectal y los reflejos anorectales. La barrera anatómica que ayuda a mantener la continencia está formada por el recto, el esfínter anal interno, el esfínter anal externo y los músculos puborectal y elevador del ano.

El recto puede recibir hasta 300 ml sin incremento significativo de su presión intraluminal, mientras que una vez que se supera esta limite la presión aumenta produciendo la sensación de urgencia defecatoria. 

El esfínter anal interno (EIA) es una extensión de la musculatura circular del colon que se encuentra tonicamente contraído y es el responsable de aproximadamente el 70% del tono anal de reposo; la estimulación simpática tónica colabora en mantener el tono de este esfínter. El EAI se relaja en forma transitoria durante la distensión rectal, reflejo conocido como reflejo recto-anal inhibitorio.

El esfínter anal externo (EAE) y los músculos puborectal y elevador del ano están compuestos por músculo estriado y representan el componente voluntario de la continencia fecal responsable del 30% restante del tono anal de reposo.

El proceso que lleva a una defecación normal es complejo y comprende una secuencia de eventos que se inician con la entrada de materia fecal al recto. La distensión rectal progresiva lleva a la relajación refleja del EAI, y la urgencia por defecar aumenta a medida que la materia fecal continua ingresando al recto desde el colon sigmoides. Cuando se decide la evacuación, se rectifica voluntariamente el ángulo anorectal (lo cual es facilitado al sentarse o inclinarse hacia adelante) y la presión intraabdominal aumenta debido al esfuerzo. Esto resulta en el descenso del piso de la pelvis, contracción del recto e inhibición voluntaria del EAI con la consiguiente expulsión del contenido rectal.

* El Dr. Jorge Olmos es editor responsable de IntraMed en la especialidad de Gastroenterología.