Además del síndrome de Reye, la encefalitis o la encefalopatía aguda es una complicación rara de la infección por influenza. La manifestación clínica informada de la encefalitis o encefalopatía aguda asociada a influenza varía de una conducta anormal al coma profundo, no son infrecuentes las secuelas neurológicas permanentes y la muerte. Durante una reciente erupción de enfermedad por influenza A en Taiwán, varios niños presentaron alucinaciones visuales y trastornos de conducta asociados con la enfermedad. Los autores de este artículo describen el cuadro clínico y datos de laboratorio de estos niños con enfermedad por influenza A documentada asociada al trastorno del sistema nervioso central.
Cinco niños de 3 a 6 años de edad desarrollaron alucinaciones visuales y la conducta inapropiada dentro de los 3 días del inicio de una enfermedad compatible con influenza caracterizara por temperatura corporal de >39°C, tos y rinorrea. Todos los niños eran masculinos. Todos presentaban vómitos menos el caso 3, ataxia en los casos 1 y 2 y las alucinaciones auditivas en el caso1.
Las alucinaciones declaradas por los padres incluidos los "compañeros de clase estaban hablando con él y estaban jugando con él en la casa; los robots estaban dando una vuelta y los automóviles de juguete estaban corriendo dentro de la casa; los mosquitos estaban mordiéndolo en el antebrazo; los juguetes estaban volando alrededor dentro de la casa; la hermana más joven estaba pegándolo; la tierra estaba inclinándose, etc." Las conductas impropias observadas por los padres incluyeron inquietud, palabras y hechos sin sentido, discurso incoherente y sonrisas sin sentido.
En la admisión los cinco niños estaban totalmente conscientes y comunicativos y no mostraron ninguna señal neurológica anormal. Los recuentos de glóbulos blancos fueron de 3600/mm3 a 7000/mm3, y 2 niños tenían el leucopenia leve (<5000/mm3). las transaminas séricas eran normales en todos los casos menos en el caso 5 donde se hallaron valores elevados de aspartato aminotransferasa (1546 units/l; normal, <40 units/l) y alanino aminotransferasa (1752 units/l; normal, <40 units/l), pero los valores de bilirrubina sérica y amonio eran normales.
Las anticuerpos anti-hepatitis A virus IgM, antígeno de hepatitis B y anti-hepatitis C virus eran negativos. La salicilemia era indetectable. La elevación leve en el suero de la proteína C-reactiva (normal, <10 mg/l) se encontró en cuatro niños. Los cultivos de sangre eran negativos para bacterias en todos los casos. El líquido cefalorraquídeo se realizó en los casos 2, 3 y 4 resultando normal en todos. La tomografía computada de cerebro con y sin contraste realizada en los casos 2 y 3 eran normales. En los EEG realizados dentro de 1 semana (3 días en 2 casos; 2, 4 y 7 días en los casos restantes) del inicio de los síntomas neurológicos, se registraron ondas lentas generalizadas indicando un trastorno cortical difuso.
No se administraron antibióticos ni agentes antivirales. La duración de fiebre fue de 2 a 9 días con una media de 5.4 días (media de 3 días después de la hospitalización). Dentro de los 8 días todos los cinco niños fueron dados de altaen condición estable. Después del alta solo el caso 1 se quejó de vez en cuando de dolor de cabeza durante 2 semanas. Los estados mentales o psiquiátricos eran normales durante el seguimiento durante 2 años.
El virus influenza A se aisló de exudados de la garganta en todos menos en el caso 3. Evidencian serológicas de infección por influenza A aguda por fijación del complemento se documentó en los cinco casos. La serología para infección aguda por el virus de Epstein-Barr, virus herpes simplex y Mycoplasma pneumoniae eran negativas.
Artículo comentado por el Dr. Edgardo Checcacci, editor responsable de IntraMed en la especialidad de Pediatría.