La vida sexual en la menopausia

Cambios en la esfera sexual relacionados con la edad

La edad no sería una limitante en la sexualidad femenina pero hay estudios que muestran que ésta va disminuyendo con los años.

Autor/a: Dra. Marisa Geller *

Indice
1. Desarrollo
2. Bibliografía
El comportamiento sexual humano se basa en dos componentes fundamentales: la libido o motivación sexual, que incluye el deseo y el placer sexual, y la potencia sexual que se relaciona con la congestión pélvica y las contracciones orgásmicas en la mujer. La edad no sería una limitante en la sexualidad femenina pero hay estudios que muestran que ésta va disminuyendo con los años.

En las mujeres entre cincuenta y setenta años, la primera fase de excitación dada por la lubricación vaginal, demora de uno a cinco minutos en aparecer mientras que en las mujeres jóvenes ésta demora sólo quince a treinta segundos. En la menopausia hay una disminución en la vasodilatación pélvica y en la expansión involuntaria de la vagina. Durante la fase de meseta se reduce la elevación uterina involuntaria lo cual afecta aún más el potencial de expansión de la vagina.

La fase orgásmica o de culminación del placer sexual suele ser de menor intensidad y duración: a veces sólo de cuatro o cinco contracciones. La contractilidad puede ser rítmica al igual que en las mujeres más jóvenes o pueden producirse contracciones espasmódicas. La fase resolutiva es rápida después del orgasmo.

Se ha reportado que las mujeres sanas generalmente alcanzan la cúspide de su actividad y satisfacción sexual alrededor de los 35 años y que la incidencia de problemas sexuales, en la población general, es elevada y va aumentando con la edad. La mayoría de los estudios sugieren una declinación en el interés y en la excitación y posiblemente una reducción de la respuesta orgásmica.

Los trabajos sobre sexualidad en mujeres menopáusicas son difíciles de realizar por los prejuicios respecto a la sexualidad de la mujer mayor, la falta de diálogo con el médico sobre estos temas y la dificultad para diagnosticar una disfunción sexual femenina y cuantificar la respuesta sexual.

Aunque la mayoría de las veces hay una progresiva disminución en la libido, también se ha descrito un grupo de mujeres que mostró un incremento en el deseo sexual y en la capacidad de orgasmos. Se realizaron entrevistas a un grupo de mujeres climatéricas donde se estableció que la mayoría no experimentó cambios del deseo sexual. Muchas veces, el deseo y el comportamiento sexual no se modifican a lo largo de la vida.

La frecuencia coital promedio disminuye con la edad a medida que la dispareunia aumenta. Pero, estos cambios no deben limitarse a una cuestión hormonal. Hay otros aspectos a tener en cuenta. Esta diversidad en los resultados parece indicar que la motivación y la respuesta sexual son fenómenos separados. La etiología no es única; las influencias sociales, psicológicas y culturales adquieren relevancia, más allá de la carencia hormonal. El comportamiento sexual no depende tan solo de las variaciones hormonales y no se modifica solamente con la administración de estrógenos para evitar la dispareunia o con andrógenos para aumentar el deseo sexual.

También hay que tener en cuenta los aspectos relacionados con la pareja: la presencia o no de una pareja, el cambio de pareja, la edad del compañero sexual y las disfunciones de la pareja que también son más frecuentes a medida que aumenta la edad.

Por otro lado, hay un grupo importante de mujeres que viven a la menopausia como la culminación de su vida útil como mujer. En estas mujeres, su esfera sexual se ve comprometida y se agrava más aún con los síntomas propios de la disminución de estrógenos como ser la atrofia genital y la sequedad vaginal. Por lo tanto, la declinación del deseo sexual como consecuencia de la menopausia no es una regla. Es una cuestión multifactorial con variaciones interindividuales donde el factor hormonal es tan solo uno de los aspectos a tener en cuenta.

*La Dra. Marisa Géller es editora responsable de IntraMed en la especialidad de Tocoginecología.