Cuerpos extraños digestivos

Tricobezoar en una niña de 4 años

Los autores presentan el caso de una niña de 4 años de edad con un tricobezoar gástrico que pudo ser extraído mediante cirugía abierta sin complicaciones. Se actualiza el tema.

Autor/a: Dres.Lanoue JL, Arkovitz MS

Fuente: N Engl J Med 2003; 348(13): 1242

Indice
1. Examen físico
2. Diagnóstico por imágenes
3. Desarrollo
4. Bibliografía

Actualización sobre el tema

Dres. Fiorentino J, Oneto A, Salgueiro F, Cassella R. Departamento de Cirugía, Unidad XV, Hospital de Niños R .Gutiérrez (http://www.paideianet.com.ar/trico.htm)

En ocasiones, la ingestión de sustancias no digeribles, pueden formar cuerpos extraños en el estómago, denominados bezoares. El término bezoar, proviene al parecer de la cabra del mismo nombre, oriunda del Medio Oriente [2], que al lamerse, ingiere una abundante cantidad de pelos que se acumulan en el estómago formando una verdadera bola pilífera.

Esta entidad se observa casi con exclusividad en niños y jóvenes y es consecuencia de ingerir cabellos arrancados (tricofagia) o la ingestión de fibras de alfombras de lana, vestidos, etc [3-5] reproduciéndose el mismo cuadro que el observado en las cabras, caracterizado por: epigastralgia, alteración del apetito, tumor epigástrico relativamente móvil, dispepsia, pérdida de peso, vómitos alimentarios intermitentes, intolerancia progresiva a los alimentos sólidos, anemia y desnutrición de grado variable. Las perturbaciones mentales y los trastornos de conducta son casi una constante en el perfil psicológico de estos pacientes [3-6]. La obstrucción intestinal y las perforaciones son infrecuentes (3-5- 6). Es llamativa la mayor frecuencia de las mujeres sobre los varones que padecen este cuadro ( 9:1) [4-6]. A pesar de que los tricobezoares fueron descriptos hace más de 200 años, poco se sabe de su origen y evolución [6].

Mucho se ha especulado a cerca de los posibles mecanismos patogénicos de los mismos, sin poder llegar a conclusiones enteramente válidas, pero se cree que algunos factores podrían contribuir o potenciar la incapacidad del estómago para propulsar y desembarazarse de estos cuerpos extraños antes de que se produzca la concreción de los cabellos.

La dismotilidad gástrica, la disminución del pH intragástrico, la ingestión de sustancias alcalinas y enzimas pancreáticas serían algunos de los factores predisponentes relacionados en la producción de esta rara patología [6]. El tiempo que transcurre entre el comienzo de la tricofagia activa hasta la manifestación de los síntomas no está bien definido, aunque se supone que en algunos pacientes pueden pasar hasta 15 años, especialmente cuando la ingesta de cabellos es gradual y lentamente progresiva [5]. Contrasta con lo antedicho las observaciones de pacientes con tricofagia compulsiva que no desarrollaron nunca tricobezoares [4].

Clasificación

A)
Tricobezoar: concreción de pelo

B) Fitobezoar: concreción de vegetales celulósicos indigeribles que forman masas mucilaginosas

1. Iniciobezoar (fibras de coco)
2. Bezoar Oriental (residuo de dátiles)
3. Diospirobezoar (fibras de nísperos no maduros)
4. Bezoar por papel

C) Quimiobezoar: concreción de sustancias químicas

1. Halibezoar (residuos de drogas)
2. Amilobezoar (almidón)
3. Resinobezoar (resinas)
4. Halobezoar (sustancias orgánicas)
5. Hemobezoar (sangre)
6. Lactobezoar (leche)
7. Quimiobezoar por lacas
8. Quimiobezoar por alquitrán
9. Mixtos

Con respecto al diagnóstico, diremos que el mismo se fundamenta principalmente en un buen interrogatorio y en un minucioso y detallado examen físico, en busca de los antecedentes antes mencionados: hábito de pica, tricofagia, tricotilomanía, alopecía regional, etc.

Entrevista personal y examen físico

El cuidadoso examen físico podrá aportar datos orientadores siendo útil revisar las heces en busca de pelos y examinar el cuero cabelludo buscando zonas donde falte cabello.
La desnutrición, la anemia, la palidez, los síntomas digestivos vagos, la dispepsia postprandial, el tumor abdominal epigástrico relativamente móvil, firme y doloroso a la palpación profunda se sumarán a los trastornos de conducta alimentaría asociados (hábito de pica), tricofagia y tricotilomanía que podrán por si solos fundamentar la sospecha diagnóstica. La sustancia típica ingerida tiende a variar con la edad. Los niños más pequeños suelen comer pinturas, lacas, cabellos, ropas. Los más mayorcitos pueden comer excrementos, arena, insectos, piedras etc. [7] En algunos casos pueden observarse signos clínicos que evidencian déficit vitamínico. La pobreza, el abandono, la falta de supervisión por parte de sus padres aumentan el riesgo de adquirir este trastorno. En sujetos con retraso mental la prevalencia parece aumentar con la gravedad del retraso [7].

Antes de los 2 años de vida, es relativamente frecuente observar la ingestión de sustancias no nutritivas, lo que no implica la presencia de pica.  Será correcto hacer diagnóstico de pica cuando el comportamiento se hace persistente (por lo menos 1 mes) y resulta inapropiado dado el nivel de desarrollo del individuo [7]. Si la conducta ingestiva aparece exclusivamente en el transcurso de otro trastorno mental, (como por ejemplo, retraso mental, esquizofrenia, trastorno generalizado del desarrollo o el síndrome de Kleine-Levin), sólo debe establecerse un diagnóstico separado de pica si el comportamiento ingestivo es de suficiente gravedad como para merecer atención clínica independiente [7].