El cerebro, en primer plano: Buenos Aires tendrá un nuevo instituto de neurociencias
Proponen integrar psiquiatría y neurología
El nuevo centro intentará desarrollar un enfoque interdisciplinario de la patología mental y neurológica. Lo albergará un impecable edificio construido especialmente en Guardia Vieja 4435.
Pero a pesar de las dificultades que plantea, en plena Argentina poscrisis un grupo de profesionales de estas disciplinas se apresta a aceptarlo lanzándose a una experiencia con pocos precedentes: instalar un centro que dé respuesta, desde lo asistencial, a la creciente confluencia que se manifiesta entre los aspectos psicológicos y biológicos de la enfermedad mental.
"Por un lado, se está encontrando evidencia de que en enfermedades psiquiátricas, como la esquizofrenia, la enfermedad bipolar o el trastorno obsesivo compulsivo, aparecen señales en la resonancia magnética funcional que indican que hay alteraciones químicas o estructurales en el cerebro -cuenta Leonor Gold, presidenta del nuevo Instituto de Neurociencias de Buenos Aires (Ineba) y alma mater del proyecto-. Por otro, siempre pensé que en Buenos Aires faltaba un centro de salud mental que ocupara este espacio. ¿Por qué separar neurología y psiquiatría si ambas estudian patologías y problemas del cerebro?"
La idea nació en 1997, a poco de terminar el Congreso Mundial de Neurología que se realizó en Buenos Aires, y del que la doctora Gold fue secretaria general. Desde entonces hasta hoy se cristalizó en Guardia Vieja al 4400, en un edificio resplandeciente, con habitaciones sin rejas (por el contrario, todas con vista y salida a un jardín acogedor) y dotado de todas las comodidades imaginables, desde sala de TV con pantalla gigante hasta biblioteca, salón de usos múltiples, gimnasio, jacuzzi, pileta climatizada para neurorrehabilitación, cocina que se utilizará también con fines educativos... "Es un sueño hecho realidad -sonríe Gold-. Por suerte pudimos hacerlo, a pesar del país, a pesar del corralito."
Entre los obstáculos que tendrán que sortear, uno que surge muy pronto es que si bien la integración deseada tiene una amplia base teórica, en la práctica habrá que construirla.
"No hay modelo en el mundo, por lo menos bibliográfico, para esta propuesta -explica Gustavo Lipovetzky, jefe del área de psiquiatría-. Sin embargo, todo evento neurológico, por su impacto, tiene sintomatología psiquiátrica, y mucha patología psiquiátrica tiene sintomatología neurológica."
Para el psiquiatra, está claro que en los últimos tiempos se ha avanzado con hipótesis contundentemente cerebrales, orgánicas, que explican especialmente la patología psiquiátrica que requiere internación. "Hasta hace quince años tendíamos a pensar que la manifestación de los trastornos bipolares o esquizofrénicos estaba relacionada con desencadenantes de la vida vincular o familiar -explica-. Hoy tenemos la posibilidad de tomar imágenes cerebrales, de leer la estructura del cerebro. El tema del sueño, por ejemplo, es manejado por ambas disciplinas. Muchas patologías psiquiátricas tienen como síntoma el insomnio, pero los neurólogos han tenido la posibilidad de desarrollar estudios para investigar la arquitectura del sueño de los que los psiquiatras nos servimos. Por eso, el instituto tendrá un ateneo cada quince días donde neurólogos y psiquiatras discutiremos cada caso desde ambos puntos de vista."
Aquí podemos hacerlo
Bajo el techo del enfoque interdisciplinario, los especialistas del nuevo centro piensan cultivar un trabajo que permita la complementación de las miradas. Una de las áreas en las que intentan profundizar es el manejo de los psicofármacos.
"Es interesante cuántas drogas aprobadas inicialmente para la epilepsia, por ejemplo, se utilizan hoy en la enfermedad bipolar con una eficiencia notable, que lleva a preguntarse por los mecanismos eléctricos o neuroquímicos que entran en juego en uno y otro cuadro -reflexiona Gold-. Pero también queremos trabajar en equipo en las áreas de niños, familias, parejas, psicoterapia, trastornos de conducta, trastornos de la alimentación... Otro aspecto al que esperamos darle mucha fuerza es el familiar, es decir, el funcionamiento del paciente y la familia en el domicilio. Hay muchas cosas que pueden hacerse fuera del consultorio, desde mejorar el hábitat hasta lograr que un determinado tratamiento se ponga en marcha."
Para el doctor Fernando Cáceres, especialista en neurorrehabilitación, el espacio físico es una de las claves para alcanzar estas metas. "La concepción arquitectónica del instituto surge a partir de una concepción teórica -afirma-. Aquí no hay barreras físicas entre lo neurológico y lo psiquiátrico. Somos nosotros, los médicos, los que hemos separado a los pacientes."
¿Quiénes podrán acceder a estos tratamientos? "Vamos a trabajar con prepagas y obras sociales, con costos similares a los de las otras clínicas de psiquiatría importantes -asegura Gold-. Nuestro objetivo es que esto se sustente, no tenemos ninguna otra expectativa económica, porque la salud no es un negocio. Es lo que sabemos hacer, y queremos hacerlo lo mejor posible."