Al menos dos tercios de los pacientes cirróticos desarrollan várices esofágicas durante su existencia y el 30% a 40% de la misma población de pacientes sufre hemorragia gastrointestinal superior grave, como complicación de la hipertensión portal.
A pesar de haberse logrado una mejoría importante en el diagnóstico y el tratamiento precoz de la hemorragia por várices esofágicas, la tasa de mortalidad de la primera hemorragia por esa causa sigue siendo elevada (20%-35%).
Este artículo está enfocado hacia la profilaxis primaria, la cual consiste en el tratamiento de los pacientes que nunca han sufrido una hemorragia varicosa previa, con el fin de prevenir la primera hemorragia por várices esofágicas. Potencialmente, esa prevención ofrece la promesa de reducir la mortalidad y la morbilidad pero se asocia con costos de atención de la salud elevados.
Este artículo revisa:
· La graduación endoscópica del tamaño y la evidencia de várices esofágicas y gástricas como así su riesgo de hemorragia;
· Analiza los datos sobre prevalencia e incidencia de las várices esofágicas y gástricas provenientes de diversos estudios prospectivos;
· Analiza los factores de riesgo independientes provenientes del análisis multivariado de estudios prospectivos sobre el desarrollo de la primera hemorragia varicosa esofágica o gástricas y la posible estratificación de los pacientes según esos factores de riesgo;
· Comenta el costo efectividad potencial del screening de todos los pacientes cirróticos recién diagnosticados y el tratamiento de los pacientes de alto riesgo mediante terapias médicas o endoscópicas y,
· Recomienda hacer otros estudios de screening endoscópico, estratificación y resultados, en trabajos prospectivos sobre tratamiento endoscópico.
Luego de analizar detalladamente estos puntos a la luz de diversos trabajos importantes, el autor recomienda realizar el screening endoscópico de las várices esofagogástricas en los siguientes subgrupos de pacientes cirróticos:
a) todos los pacientes cirróticos de reciente diagnóstico y,
b) todos los demás pacientes cirróticos que están médicamente estables, que desean ser tratados en forma profiláctica y que podrían beneficiarse con las terapias médicas o endoscópicas disponibles.
Según el autor, él excluiría a los pacientes:
a) con imposibilidad de obtener algún beneficio de las terapias profilácticas destinadas a prevenir la primera hemorragia varicosa;
b) con expectativa de vida corta y,
c) con hemorragia gastrointestinal superior previa (quienes seguramente ya fueron sometidos a endoscopia)
Para los pacientes cirróticos de riesgo bajo o muy bajo¾sin várices o solo con várices de tamaño pequeño, sin stigmata¾el autor recomienda repetir la endoscopia como screening, para ver su progresión, cada 2 o más años, de aceurdo con los resultados de estudios recientes.
Traducción y resumen objetivo: Dra. Marta Papponetti. Editora responsable de Medicina Interna de Intramed. Especialista en Medicina Interna. Docente Autorizada de la Universidad de Buenos Aires.