La Dra. Sarah Stanley presentó los resultados de esta investigación en Glasgow, en la reunión anual de las Sociedades Endocrinas Británicas. Destacó que se sabe que la hormona afecta al apetito en roedores y que está presente en el torrente sanguíneo del ser humano. Comentó que si futuros estudios relacionan claramente la hormona con la anorexia, podría constituir una nueva diana terapéutica.
En su investigación, midieron los niveles de CART y de otras dos hormonas en 13 mujeres afectadas por la anorexia nerviosa, y los compararon con los de un grupo de mujeres sanas y de peso normal. Comprobaron que los niveles de CART eran un 50% superiores entre las afectadas, mientras que los valores de las hormonas alfa-MSH y GLP-1 no presentaron diferencias respecto a las controles.
En un segundo estudio compararon los niveles en 19 mujeres con anorexia, 9 pacientes que aumentaban de peso al ser tratadas de su anorexia y 14 que habían alcanzado un peso normal un año después de haberse recuperado del trastorno. Según la Dra. Stanley, "a medida que aumenta el índice de masa corporal, los niveles de CART disminuyen hasta alcanzar las concentraciones normales que se observan en el grupo de pacientes recuperadas". La relación no demuestra que la hormona sea la causa de la anorexia, dado que la elevación de sus niveles puede ser consecuencia del trastorno, por lo que es necesario emprender nuevas investigaciones.
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