Cada vez son más los pacientes que sobreviven a un trasplante de pulmones y corazón, según muestran investigadores alemanes en "Transplantation".

Analizando datos de 51 pacientes sometidos a este doble trasplante en el Hospital Universitario de Grosshadern entre 1983 y 2000, han observado que la supervivencia a corto plazo mejoró significativamente a partir de 1994. Desde ese año en adelante, el 78% de los pacientes sobrevivieron más de un año tras la intervención, frente al 63% de los años previos.

La tasa de mortalidad al poco tiempo de la cirugía disminuyó notablemente, pasando de un 35% entre los 19 pacientes intervenidos entre 1983 y 1993 a sólo un 12,5% entre los 32 receptores trasplantados a partir de 1994.

Los factores que influyen en el aumento de la tasa de éxito son diversos. Los investigadores alemanes citan, entre ellos, el cambio en el tipo de solución empleada para conservar los órganos del donante, que en su opinión ha servido para reducir la muerte temprana postoperatoria.

Asimismo, citan los nuevos fármacos inmunosupresores, que han ayudado a prevenir el rechazo a corto plazo, así como cambios en los procedimientos quirúrgicos y en los fármacos utilizados para prevenir las hemorragias.

Estos avances han permitido alcanzar una tasa de supervivencia a dos años del 70%. Pese a ello, comentan que la supervivencia a largo plazo sigue siendo un desafío importante, debido sobre todo a la bronquiolitis obliterativa, enfermedad que desarrolla la mitad de los pacientes trasplantados dentro de los tres primeros años tras la intervención, y para la que no existe terapia preventiva.

El primer trasplante de pulmones y corazón se llevó a cabo en la Universidad de Stanford (Estados Unidos) en 1981. Desde entonces, se ha practicado en todo el mundo a unas 2.000 personas.

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