Aspectos clínicos

El síndrome de transexualismo

Este artículo publicado en L’Encéphale, si bien data ya de algunos años, tiene absoluta vigencia y es orientador para el profesional de la salud.

Autor/a: Dres. T. Gallarda,M.- F. Poirier, I. Amado, B. Cordier

Indice
1. El porvenir de los sujetos "reasignados"
2. Desarrollo
3. Los principales diagnósticos diferenciales
4. Bibliografía

¿renacimiento o viaje al fondo del infierno?

En ausencia de un tratamiento adaptado, la evolución del trastorno es crónica, sin remisión. Cuando se aplica el tratamiento médico-quirúrgico y se realiza el cambio de estado civil, ¿qué tipo de evolución cabe esperar? Fuera de los centros universitarios especializados que se ocupan de este tipo de patología, el seguimiento prolongado de estos pacientes está mal codificado.

La difusión de las técnicas de reasignación es relativamente reciente y los seguimientos longitudinales son raros y difíciles: una vez establecidos en la identidad deseada y encontrado un equilibrio afectivo, social y profesional, la mayoría de estos pacientes es poco proclive a retornar a la consulta. Estudios a 5 años informan mejoras subjetivas en las dos terceras partes de los casos, y no hallan conductas suicidas postoperatorias significativas ni virajes psicóticos (18). Las eventuales complicaciones de las terapias hormonales deben inducir a los endocrinólogos a la prudencia y a esfozarse en lograr un seguimiento extremadamente regular.

El consumo anárquico y clandestino de sustancias hormonales suministradas escandalosamente en "circuitos paralelos" pone paricularmente en peligro una categoría de consumidores a menudo sumamente vulnerables en el plano psicológico y psiquiátrico. En los transexuales masculinos, el tratamiento combinado de acetato de ciproterona y estrógenos, puede acarrear accidentes tromboembólicos, hipertensión arterial, hiperprolactinemia y una elevación transitoria de enzimas hepáticas.


Las tendencias en investigación: ¿tiene sexo el cerebro?

Los interrogantes clínicos que provoca el transexualismo conducen a evocar la cuestión de los determinantes sexuales precoces a nivel cerebral y comportamental.

Se sabe que la diferenciación sexual interviene ya en las primeras divisiones celulares y que estructuras cerebrales sexualmente diferenciadas aparecen muy precozmente. Estas estructuras desempeñan luego un papel clave en la aparición de los caracteres sexuales primarios y secundarios, -asimismo en los animales-, en el despertar del comportamiento sexual y en el tipo de comportamiento sexual adoptado. La región sexualmente dismórfica del hipotálamo en particular, se encuentra implicada en gran número de comportamientos sexuales en los animales machos, aun si su exacto papel en los hombres no ha sido determinado.

Por otro lado la estructuras anatómicas cerebrales difieren según el sexo, con un desarrollo predominante de las zonas del lenguaje en la mujer (planum temporale) o de las estructuras que efectúan conexiones (splenium del cuerpo calloso). Su organización dinámica en tareas específicas difiere del mismo modo. 

Ciertas aptitudes cognitivas están sexualmente diferenciadas. Se advierte en el hombre una superioridad en la rotación mental de los objetos, en la intercepción de blancos móviles, en la memorización de un itinerario o en la espacialización de un trayecto, en la discriminación de imágenes ocultas y el reconocimiento de imágenes atípicas, en el razonamiento matemático geométrico, y en las aptitudes manuales prácticas. En la mujer, existen mejores aptitudes en las pruebas de lenguaje, la memorización de los detalles de un itinerario, las pruebas de juzgamiento visual de semejanza, de aritmética y de destrezas manuales sutiles. Estas diferencias estadísticas son claras y han sido replicadas en numerosos estudios.

A nivel comportamental ciertos comportamientos aparecen ya en la primera infancia como sexualmente diferenciados. Los comportamientos lúdicos son diferentes. La emergencia de comportamientos agresivos es más perceptible en los varones. A partir de los 3 años, existe una percepción de la identificación sexual propia: las niñas dibujan preferentemente personajes femeninos y la inversa ocurre en los varones; los dibujos de personajes del sexo contrario son menos frecuentes y menos ricos.

En el marco de las investigaciones realizadas sobre el transexualismo, cabe interrogarse acerca de la existencia de un determinismo precoz que descansaría quizá sobre bases orgánicas que conducirían durante la maduración cerebral a una diferenciación en la construcción de todo o parte de las estructuras sexualmente dismórficas.

Un estudio de Swaab et al. (1985) sobre 2 pacientes transexuales (post mortem) ampliado después (1995) a 6 pacientes y publicado en la revista Nature mostró una diferencia de volumen a nivel del piso de la Stria Terminalis del hipotálamo (BST). Se vio en ella una candidata potencial para ser una región sexualmente dismórfica en el hombre.  Se encontró que esta región era 2,5 veces más importante en el hombre/mujer 8. En los 6 pacientes transexuales masculinos examinados, todos presentaban un volumen de BST reducido análogo al de las mujeres testigo.

En el marco de una investigación y del seguimiento clínico de pacientes transexuales, este equipo, en colaboración con los equipos del Pr. Luton en el hospital Cochin y del Dr. Cordier en el hospital Foch, intenta determinar si las aptitudes cognitivas de los sujetos son las de su sexo deseado o las de su sexo biológico y si éstas experimentan fluctuaciones en función de los tratamientos hormonales administrados a esos pacientes por muchos años.