Alternativa a la cirugía estética

¿Adiós a las arrugas?

Un producto inyectable promete borrarlas para siempre. Se utiliza en Europa, Canadá, México y Argentina. En EE.UU. esperan su aprobación.

El 28 de este mes, la Administración de Drogas y Alimentos de Estados Unidos debe decidir si da la aprobación final a un nuevo producto que promete borrar las arrugas de forma permanente. Se llama Artecoll y ya se vende en Europa, Canadá y México.

"Salvo que surja algo inesperado, comenzará a venderse en Estados Unidos para mediados del próximo verano (boreal) o antes tal vez", anticipó el Dr. Stefan Lemperle, principal ejecutivo de Artes Medical, en San Diego, su distribuidor en Estados Unidos. En ese país, se vendería bajo el nombre comercial de Artefill.

Como se encuentra en la etapa final de aprobación, la Administración de Drogas y Alimentos no quiso hacer comentarios. Pero el apuro de Artes Medical pone de manifiesto la creciente demanda que existe por los tratamientos para las arrugas.

Pros y contras

En 2002, las ventas de Toxina Botulínica tipo A, otro producto que elimina las arrugas —aunque no de forma permanente—, aumentaron un 40 por ciento.

Uno de los problemas del Artecoll, en comparación con la T.B, es que exige mayor habilidad para inyectarlo y la posibilidad de error también es mayor. En Canadá hubo algunos pacientes que sufrieron hinchazón cuando el Artecoll fue usado de la misma forma que el colágeno para aumentar el tamaño de los labios.

"La permanencia es un arma de doble filo", advirtió el Dr. Alastair Carruthers, un cirujano y dermatólogo de Vancouver que usa al Artecoll desde 1998 (año de aprobación en Canadá) y ya se lo aplicó a miles de pacientes. "Si funciona bien, es permanente; pero si algo sale mal también es permanente".

La toxina botulinica tipo A y el Artecoll actúan en modos muy distintos. Cuando se inyecta T.B en el músculo facial, éste se congela, lo que evita que se contraiga y forme una arruga.

El Artecoll en cambio rellena las arrugas. El médico inyecta pequeñas microesferas de polímeros plásticos junto con colágeno bovino en la capa profunda de la piel. Estas microesferas quedan encerradas en el propio colágeno del organismo y aportan luego la masa necesaria para rellenar la arruga una vez que el colágeno bovino es absorbido por el organismo.

El resultado inicial no es distinto al de otros productos contra las arrugas, como las inyecciones de colágeno bovino. Pero como las microesferas son sustancias extrañas en el organismo (plástico), estimulan al propio colágeno del organismo a que las encapsule.

"El colágeno se disuelve, por lo general, y exige que se lo vuelva a inyectar cada tres o cinco meses" recordó el Dr. Mariano Busso, un dermatólogo de Miami.

En el caso de las arrugas de la frente, que son generadas por fuertes movimientos musculares, la toxina botulínica tipo A resultó ser sumamente eficaz. Como el músculo se contrae en la frente con tanta frecuencia y fuerza, un producto que rellene la zona, nada más, no sería capaz de erradicar por completo la arruga.

El Artecoll en cambio resulta eficaz en lugares como las comisuras de los labios y zonas que rodean a los labios y la boca.

En el ínterin, la compañía sueca Q-Med intenta conseguir la aprobación para el Resylane, un producto basado en el ácido hialurónico, que rellena las arrugas de forma temporaria pero que según algunos dermatólogos dura más que la T.B. y el colágeno.

Pruebas en los Estados Unidos

Ana Alvarado, de 42 años, es una de las 300 pacientes que participaron de las pruebas clínicas llevadas a cabo en Estados Unidos en estos últimos cinco años sobre el Artecoll.

Al igual que muchas de sus amigas de Miami, Ana Alvarado estaba empezando a sentirse vieja y las profundas arrugas en su rostro la hacían sentir cada vez peor.

Quería deshacerse de sus arrugas para siempre pero sus médicos le decían que era imposible ya que todo lo que se vende en el mercado, incluida la toxina botulínica y los peelings son algo temporario. Pero a uno de sus médicos se le ocurrió sugerirle que participara de las pruebas sobre la eficacia del Artecoll.

Ana aceptó. Hoy, pasados tres años, sus arrugas desaparecieron.