Entrevista
Duras perspectivas para la ciencia
El presidente del Conicet, Eduardo Charreau, advierte sobre la escasez presupuestaria y el impacto negativo que esto tiene para el país. Dice que este año va a ser difícil que el organismo crezca. El eje estará puesto en que "no se empeoren las cosas", comenta.
Autor/a: Por Raquel San Martín
Indice
1. Entrevista
2. El Conicet en números
Con los $ 420 millones que solicitaba el Conicet (un salto desde los $ 177 millones previstos ese año), proyectaba "un crecimiento de la planta de investigadores, sueldos dignos para ellos, financiamiento para los proyectos, premios a los que hacen transferencia tecnológica y apertura de espacios para que los investigadores vayan a trabajar a empresas", describió a LA NACION Charreau, que el mes próximo cumplirá un año al frente del organismo.
Según los cálculos más precisos, "si se duplica el número actual de científicos y se coloca a unos 2000 de ellos en empresas, en diez años el 50% de las exportaciones argentinas tendría valor agregado".
No hubo forma: el proyecto ni siquiera se discutió en el Congreso, y al Conicet le prometieron este año $ 238 millones, de cobro incierto, que, dijo Charreau, servirán para "seguir sobreviviendo", pero no harán posible ningún crecimiento, dejarán que un número cada vez mayor de científicos abandone el país a diario, y nos mantendrán "en el atraso".
Doctor en Química, especialista en endocrinología molecular y director del Instituto de Biología y Medicina Experimental hasta que lo convocaron a la función que hoy tiene, Charreau, de 62 años, intentará este año mejorar los salarios de las casi 8000 personas que trabajan en los laboratorios y centros de investigación del Conicet, y continuar con la apertura de ingresos de becarios e investigadores en el sistema.
Para Charreau, investigador superior del Conicet, es urgente "una tarea de educación de los dirigentes, para que alguien empiece a entender que si se apuesta algo más a la ciencia, se puede salir más rápido de la crisis".
¿En qué aspectos de la investigación científica se nota el impacto de la crisis?
Hace un año el Conicet estaba en estado de emergencia científica, al borde de no poder funcionar. Hoy tiene las puertas abiertas, pero la crisis va a golpear indudablemente en la estrategia de crecimiento. Con esta situación presupuestaria, vamos a pasar este año tratando de mantenernos, de que no empeoren las cosas. Eso no es lo que queremos, queremos empezar a crecer. Si seguimos manteniéndonos, va a continuar una emigración grande de investigadores. Está probado que cualquier país que les da a sus científicos un lugar importante para trabajar, en el que puedan desarrollarse, aun con sueldos mínimos, logra que se queden.
¿Cuáles serán las consecuencias para el país de esta situación?
Vamos a continuar en el atraso y a seguir perdiendo divisas. Todo lo que producen en otros países los chicos que se nos van son cosas que perdemos acá. Y la mayoría produce, y muy bien.
¿Se abrió la convocatoria a becas el año último?
No convocamos a becas externas, pero sí internas. La única manera de lograr el crecimiento es tener mayor número de gente en las categorías menores. En el proyecto de presupuesto queríamos aumentar el número de investigadores asistentes, la categoría menor, de los actuales 678 a 2000 en cinco años. Todo el sistema se nutre de becarios, por eso el becario es tan importante como el resto de los investigadores, tiene los mismos derechos y hay que buscar alguna forma de darle un buen sueldo.
¿La emigración de científicos aumentó el año último?
No aumentó dentro del Conicet, donde es siempre la misma. Por año perdemos unos 80 investigadores, porque se mueren, se jubilan o se van. Donde está ocurriendo la emigración más grande es entre los recién recibidos, y es la parte peor, porque son los que no retornan. El graduado que se recibió y se fue no generó lazos aquí y es captado rápidamente en el exterior.
¿Hubo ingresos en la carrera?
En 2002 ingresaron 440 investigadores, lo que no ocurría desde hace mucho tiempo. Ahora estamos abriendo otras tantas vacantes, pero el Conicet no ha tenido una política permanente sobre ingresos. Hubo años en los que no se abrieron.
¿Cómo van a utilizar los $ 238 millones presupuestados?
Hay que reubicar el gasto. Entre el 75 y 80% del presupuesto se va en sueldos, lo que hace que la parte de promoción se vea notablemente afectada. Con ese dinero vamos a mantener el plantel, tratar de que no se corten los ingresos e incluso buscar mecanismos para poder aumentar en algo los sueldos de los investigadores. Me da vergüenza decir que, después de haber formado un profesional durante años y mandarlo al exterior a perfeccionarse, lo hacemos volver para darle $ 600. Así el sistema no va.
¿Por qué los dirigentes no ven la necesidad de la inversión en ciencia?
De este lado a uno le gustaría que rápidamente pongan el dinero, pero es cierto que las necesidades sociales pasan por un montón de lados. Hace falta una tarea de educación de los dirigentes, para que alguno empiece a entender que si se apuesta algo más a la ciencia, se puede salir más rápido de la crisis. Nosotros ya sabemos que a fin de año no vamos a haber recibido los $ 238 millones prometidos. Nos van a mantener los rubros salariales, pero el resto se va a ir cortando, y así no se puede pensar en el mediano plazo.