Historia

El primer día del médico

Historia de una fecha.

En la Argentina, festejamos el Día del Médico desde hace 47 años. Fue una iniciativa del Colegio Médico de Córdoba, avalada por la Confederación Médica Argentina, y oficializada por decreto del gobierno nacional, en 1956.

¿Por qué se eligió el 3 de diciembre? Porque ese día nació Carlos Finlay, el médico cubano que demostró el modo de transmisión de la fiebre amarilla -a través de un mosquito-, un hallazgo de trascendencia mundial que evitó miles de muertes en América latina.

La fiebre amarilla fue estudiada clínicamente durante centurias. Pero los estudios de Finlay, que comenzó a ocuparse de la enfermedad en 1865, resultaron determinantes. En 1881, ante la Academia de Ciencias de La Habana, presentó su trabajo fundamental: "El mosquito hipotéticamente considerado como agente transmisor de la fiebre amarilla", en el que describía los detalles, las características y los hábitos del mosquito y anunciaba la trascendente experiencia del contagio en personas: "Cinco casos en los cuales, por una sola picadura de mosquito, se reprodujo la enfermedad", decía.

Tras la lectura de Finlay hubo silencio total en el auditorio, y los académicos se retiraron uno a uno. Y hubo que esperar 19 años para que la IV Comisión Americana para el Estudio de la Fiebre Amarilla (integrada por Reed, Carroll, Agramonte y Lazear) se dispusiera a comprobar si la teoría de Finlay era cierta.. En 1901, la comisión confirmó y amplió las ideas de Finaly, que dieron las bases para la prevención por medio de la lucha contra los mosquitos, dejando atrás la idea de que el mal se transmitía por la ropa o por los objetos que hubieran estado en contacto con los enfermos.

El acto médico

En nuestro país, desde aquel primer Día del Médico que festejamos hace 47 años se realiza una reunión anual en los colegios médicos de todo el país. Este encuentro no debería obviarse en este momento de profunda crisis en la que están inmersos los profesionales del arte de curar. Aun a la deriva, debemos desde nuestro consultorio conservar y enaltecer la jerarquía del acto médico, cuyo ejercicio implica responsabilidad científica, moral y legal.

Dijo Luis Porter: "El acto médico es, en última instancia, una confianza frente a una conciencia".