Hipertensión, angiotensina, endopeptidasa

Las drogas que actúan sobre el sistema renina- angiotensina-aldosterona

Este artículo expone una breve reseña sobre estas drogas y sus beneficios.

Autor/a: Dr. Ricardo Ferreira*

Los fármacos hipotensores clásicos han efectuado desde la década del sesenta una gran contribución para reducir la mortalidad y morbilidad de la enfermedad cardiovascular. Sin embrago, el control de la presión arterial con las drogas convencionales no fue exitoso en reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares al nivel que se observa en los sujetos normotensos. Las drogas que inhiben o antagonizan el sistema renina - angiotensina - aldosterona tienden a resolver este problema actuando sobre la presión arterial y sobre las alteraciones que se producen en el corazón y arterias que constituyen las estructuras blanco en el proceso de hipertensión.

El sistema renina - angiotensina - aldosterona (SRAA)

La hipertensión es el factor de riesgo de enfermedad cardiovascular más comunmente presente y
tratado. La incidencia de infarto de miocardio, accidente cerebrovascular, insuficiencia cardíaca y renal, pueden ser marcadamente reducidos normalizando la presión arterial.

El regulador más conocido de la presión arterial y por lo tanto de quién depende la preservación de los órganos blanco es el SRAA. El aumento de expresión de renina y sus productos metabólicos predispone a la hipertensión y al daño de los órganos blanco. 

La renina escinde la molécula de angiotensinógeno para producir el péptido inactivo angiotensina I. La escición de angiotensina I por la enzima convertidora de angiotensina (ECA), genera el péptido activo angiotensina II (aunque existen rutas alternativas). La mayoría de las funciones mediadas por el SRAA se llevan a cabo mediante la activación del receptor tipo 1 de la angiotensina II (receptor AT1), situado en las células endoteliales. El resultado es vasoconstricción, liberación de aldosterona y otras funciones que tienden a elevar la presión arterial y causar hipertrofia o hiperplasia de las células blanco.

Las drogas que se encuentran aprobadas para actuar sobre el SRAA incluyen a los inhibidores de la ECA, los bloqueantes de los receptores AT1 y los antagonistas de los receptores de la aldosterona. Basadas en numerosas experiencias clínicas, estos agentes han demostrado ser muy eficaces para normalizar la presión arterial y son bien tolerados, particularmente los bloqueantes de los receptores AT1.

Inhibidores de la endopeptidasa

La endopeptidasa neutra es una enzima proteolítica que degrada a varios péptidos que controlan la homeostasis cardiovascular. Estudios experimentales evidenciaron que la endopeptidasa neutra se expresa en todas las áreas del corazón.

Los inhibidores de la endopeptidasa representan una nueva clase de drogas cardiovasculares. Actúan como una combinación de inhibidores de la ECA e inhibidores de la endopeptidasa neutra. Esto último potencia la acción del péptido natriurético auricular al minimizar su degradación en la circulación. La consecuencia de esta doble inhibición es una reducción sinergística de la vasoconstricción y una estimulación de la vasodilatación. Los inhibidores de la vasopeptidasa también mostraron que potencian la bradiquinina y adrenomedulina, que contribuyen aún más a la regulación cardiovascular.

Adicionalmente, inhiben el remodelado ventricular, la coagulabilidad, y la expresión de moléculas adhesivas de los monocitos. El mayor efecto colateral es la producción de angioedema.

El más extensamente estudiado de estas vasopeptidasas es el omapatrilat. Este fármaco todavía se encuentra en la fase II-III y aún no ha sido aprobado por la FDA. Se abre por lo tanto un campo muy interesante en el tratamiento de la hipertensión y sus efectos sobre los órganos blancos. En poco tiempo se podrá disponer de suficiente experiencia clínica como para apreciar el verdadero beneficio del omapatrilat y su indicación precisa.

*El Dr. Ricardo Ferreira es editor responsable de IntraMed en la especialidad de Cardiología.