¿Es mejor una dosis única o dosis repetidas?

Uso de corticoides para prevenir el síndrome de distress respiratorio neonatal

Lo que no queda claro es si las dosis repetidas deben indicarse cuando el embarazo no ocurre luego de la semana de la primera dosis.

Autor/a: Dra. Marisa Geller*

Indice
1. Desarrollo
2. Continuación
3. Bibliografía

La administración de corticoides a las embarazadas con alto riesgo de tener un parto prematuro reduce la severidad del síndrome de distress respiratorio neonatal. Esta práctica comenzó en 1972 con el trabajo de Liggins y Howie que mostraron una reducción significativa en la incidencia del síndrome de distrés respiratorio neonatal en partos prematuros que nacieron de madres que habían recibido corticoides. Los corticoides mejoran la producción de surfactante y se asociaron a una reducción en el riesgo de hemorragia intraventricular neonatal, enterocolitis necrotizante, hiperbilirrubinemia y muerte neonatal. Lo que no queda claro, sin embargo, es si las dosis repetidas deben indicarse cuando el embarazo no ocurre luego de la primera dosis.

La mayoría de las unidades de obstetricia en Inglaterra administran betametasona o dexametasona en cursos de dos dosis en 24 horas. La evidencia de esta práctica se basó en embarazos únicos donde se administró una dosis única dentro de los siete días de la terminación del embarazo e incluyó muy pocos embarazos múltiples o embarazos de menos de 28 semanas. No se observaron efectos adversos maternos o neonatales de este tratamiento en los 18 trials randomizados de terapia antenatal con corticoides ni se vieron efectos adversos a largo plazo en estos infantes.

Sin embargo, el uso de corticoides antenatales varía en cada país: sólo el 45% de las embarazadas los recibieron antes del nacimiento de sus hijos prematuros de acuerdo a un trabajo sobre nueve hospitales en Escocia, aunque estos datos están afectados por factores que impidieron la administración de los corticoides como ser la hemorragia anteparto severa o el parto precipitado. Un estudio mostró que el 97% de los obstetras en Australia prescribirían corticoides antenatales en los casos de partos prematuros no complicados mientras que un estudio en

Norteamérica sobre 27 hospitales de cuidados terciarios mostró que el 30% de las mujeres había recibido corticoides antenatales. En un trabajo sobre 210 unidades de obstetricia en Inglaterra, el 98% de las mujeres con riesgo de tener un parto prematuro recibió terapia antenatal con corticoides.

En las mujeres que no tienen su parto pero que permanecen con el riesgo de un parto prematuro, es una práctica común la administración reiterada de corticoides cada 7-10 días. Algunos datos sugieren que el 74% de las maternidades de Inglaterra prescriben dosis semanales de corticoides en estas mujeres. Esta práctica se basa en los trials randomizados que sugieren que los recién nacidos que nacen luego de los siete días del tratamiento con corticoides maternos no tuvieron una menor incidencia de síndrome de distrés respiratorio neonatal, lo que implica que el efecto del tratamiento es un efecto corto.

Además, los experimentos muestran que la inducción en la producción de surfactante en los pulmones es reversible y que la betametasona se aclara de la circulación fetal 48 horas luego de la administración materna. Las observaciones más recientes de prematuros nacidos luego de los siete días del tratamiento materno con corticoides mostró que la eficacia de la terapia se mantenía, a pesar de que el efecto de una edad gestacional mayor confunde estos resultados.

La seguridad de las dosis reiteradas de corticoides no ha sido reportada en los trials randomizados. Los resultados de los estudios observacionales retrospectivos sugieren distintos efectos. Hay preocupación acerca del control de la glucemia, la carga de los fluidos cuando se la utiliza junto con agentes tocolíticos, el aumento transitorio de la reabsorción materna y la osteonecrosis de la cabeza de fémur. Otros riesgos teóricos incluyen al edema pulmonar, la exacerbación de la hipertensión y un aumento en el riesgo de sepsis materna.

*La Dra. Géller es editora responsable de IntraMed en la especialidad de Tocogienecología.