Un antioxidante llamado coenzima Q10 parece frenar la progresión del Parkinson, según muestran investigadores de la Universidad de California, en San Diego, en el último número de "Archives of Neurology".
Los autores encontraron que los pacientes afectados por la enfermedad presentaban niveles reducidos de coenzima Q10 en sus mitocondrias, por lo que investigaron la posible utilidad de este antioxidante como tratamiento.
Su estudio incluyó a 80 pacientes con Parkinson, que fueron distribuidos para recibir distintas dosis de coenzima Q10 o placebo, y que fueron evaluados periódicamente durante 16 meses.
Los resultados indican que la progresión del Parkinson fue significativamente más lenta entre aquellos pacientes que recibieron la dosis más alta del antioxidante (1.200 mg). Explican que el declive mental fue menos acusado en este grupo, pero sobre todo se comprobó un mayor efecto sobre la mejor capacidad para desarrollar actividades cotidianas.
Archives of Neurology 2002;59:1541-1550
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University of California, San Diego