A partir de un nuevo estudio, investigadores analizaron las susceptibilidades a 16 agentes antimicrobianos, que fueron determinadas a través de la medición de las MICs en 344 muestras aisladas de bacterias anaeróbicas recuperadas de pacientes con infecciones significativas.

Los índices de resistencia variaron entre los agentes antimicrobianos y las especies estudiadas. Las ß-lactamas fueron más activas en los anaerobios gram-positivos que en los gram-negativos. La resistencia al meropenem fue baja (<1%). Para los inhibidores de ß-lactama-ß-lactamasa, el piperacilina-tazobactam fue el más activo para todas las especies (resistencia, <6%).

Los índices de resistencia a la cefoxitina (31 al 65%) y la clindamicina (50 al 70%) para las especies no Bacteroides fragilis del grupo B. fragilis, fueron mayores que para los B. fragilis (4% resistente a la cefoxitina y un 33% resistente a la clindamicina). Entre los miembros del grupo B. fragilis, el Bacteroides thetaiotaomicron fue el más resistente a la clindamicina (70%) y cefoxitina (65%). Los índices de susceptibilidad al imipenem y la metronidazola para el B. fragilis continúan siendo altos, comprados con los datos arrojados por un estudio previo realizado hace 10 años atrás. Sin embargo, la resistencia a la metronidazola se encontró recientemente en 5 cepas de B. fragilis.

Los investigadores analizaron las relaciones genéticas entre las cepas de B. fragilis resistentes a la metronidazola a través de electroforesis en gel del campo pulsado. Las cepas de B. fragilis resistentes a la metronidazola mostraron heterogeneidad genotípica, excluyendo la diseminación de un único clon.