Según los autores del artículo, las personas que lo han hecho siguen con deudas económicas al cabo de 6 años y muchos (un 75%) declaran tener una peor salud. De hecho, casi el 80% de las personas que han vendido uno de sus riñones no recomendaría hacerlo.
Aunque hay quien defiende que la venta de un riñón propio es una práctica aceptable por ser un acto voluntario que no entraña un importante riesgo para la salud y que permite salir de la pobreza, la situación es mucho más compleja, pues en países pobres a veces se fuerza a las personas a vender sus órganos. Y como demuestra la investigación, la mayoría de las personas que venden un riñón seguirán siendo pobres.
Pagar por una donación de órganos es ilegal en la India, como en casi todo el mundo, pero la gente pobre lo hace desde hace más de una década.
Webs Relacionadas
State College Pennsylvania
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JAMA
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