Los investigadores observan que cuando a una persona se le pide que recuerde ciertos momentos emocionales se eleva notablemente la presión sanguínea y, además, permanece alta. El estrés emocional es mucho más perjudicial que otros tipos de estrés, como el producido por el ejercicio, pese a que, en un principio ambos tipos de situaciones parezcan provocar los mismos resultados en el organismo.
Por ello, los especialistas no solo consideran importante evitar los disgustos para mantener el corazón en buena salud, sino también evitar recordar los disgustos pasados. Sus apreciaciones se basan en el estudio de 72 estudiantes que participaron en varias pruebas físicas y emocionales y cuyos niveles de presión sanguínea fueron monitorizados durante las pruebas.
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