Hay muchos que sacan la plata del país, pero hay otros que la traen... ¿Ves a ese muchacho alto, de barba? Recibió un premio de 28.000 dólares en los Estados Unidos y los trajo para acá, para estudiar con un grupo de la UBA cómo se origina la esquizofrenia."
Así destacaba el gesto del neuropsiquiatra argentino Gabriel de Erausquin, ante LA NACION, el doctor Miguel Márquez, presidente del 4° Congreso Internacional de Neuropsiquiatría, realizado recientemente en Buenos Aires.
De Erausquin, un porteño de 40 años, vive en los EE.UU. desde hace 14, es neurólogo y psiquiatra, investigador y médico especializado en Parkinson y esquizofrenia. Trabaja en la Washington University de Saint Louis, en Missouri y el año pasado fue elegido Mejor Profesor Joven por la Asociación Norteamericana de Directores de Departamentos de Psiquiatría de los EE.UU, distinción por la que se le otorgaron 28.000 dólares, que debían destinarse a un proyecto científico.
Ni lerdo ni perezoso, el neuropsiquiatra destinó el dinero a un tema de investigación que abordan en forma conjunta la universidad estadounidense donde él trabaja y la Unidad de Neurociencias del Departamento de Anatomía de la Facultad de Medicina de la UBA, que dirige el doctor Horacio Conesa, uno de los primeros profesores de Gabriel, luego discípulo y más tarde amigo, pero a quien aún hoy sigue tratando de usted.
De barbas y talibanes
Al principio parece tímido detrás de el cabello lacio y la larga barba que lo acompaña desde sus 16 o 17 años. "No nací con barba -bromea-, pero tuve barba desde siempre. No me gusta afeitarme y además tengo problemas de piel, así que me lastimaría toda la cara."
"Pero ahora no te debe beneficiar cada vez que entrás y salís de EE.UU. -apunta Gustavo Otegui, jefe de Trabajos Prácticos de la Cátedra de Anatomía de la UBA-. Parecés talibán..."
De Erausquin, Conesa, Otegui y Luis Masciotra, el técnico en histología inseparable de los tres médicos, hacen una broma tras otra en una de las salas de la Unidad de Neurociencias, rodeados de enormes frascos con formol donde flotan porciones de cerebro de distintos tamaños y otros especímenes anatómicos que asustan a la cronista.
"¿Qué pienso de la actitud de Gabriel -dice el profesor Conesa-. Que regresa a su cuna, al lugar donde empezó y del que tuvo que emigrar para desarrollarse y al que vuelve para traer algo. Fue mi alumno en primer año. Es inquieto, inteligente, capaz, arriesgado. Es buen tipo. Y fue siempre así. Lo único que no pudimos conseguir fue justamente eso: formarlo..."
Conesa y de Erausquin se palmean los hombros y ríen. Todo lo que bromean como amigos es proporcional a su seriedad como investigadores. Para De Erausquin, destinar el premio a un proyecto con uno de sus maestros argentinos "es una forma de devolverle a la universidad algo de lo mucho que me dio. Es pública, es gratuita, es de nivel y recién cuando salís del país te das cuenta de la oportunidad que tuviste".
De Erausquin agrega que dentro del tema de investigación -posibles orígenes de la esquizofrenia- el grupo argentino se ocupará del análisis neuroanatómico de cerebros de fetos humanos productos de abortos espontáneos, derivados a ese laboratorio desde distintas maternidades públicas del país.
"Tenemos fondos para dos años -dice el investigador- y como esperamos lograr datos preliminares interesantes pediremos nuevos subsidios internacionales o del gobierno federal norteamericano para continuar. Es un tema de punta y despierta interés."
Neuronas susceptibles
Como ocurre con frecuencia, el interés de Gabriel de Erausquin por las neuronas dopaminérgicas, involucradas en el control del movimiento y en funciones emocionales y cognitivas, comenzó casi por casualidad.
"Estaba preparando mi beca posdoctoral -recuerda- y estudiaba mecanismos de regulación intercelular de distintos tipos de neuronas. Al estudiar estos mecanismos en neuronas dopaminérgicas me encontré con que morían mucho más rápido que las de otro tipo. Esta susceptibilidad me llamó mucho la atención."
En ese momento, inicios de la década pasada, ya se sabía que la enfermedad de Parkinson causa la muerte de estas células nerviosas (aunque aún no está demostrado por qué ocurre), pero en ese momento no se sabía que su pérdida podía vincularse también con la esquizofrenia, aunque se había postulado su mal funcionamiento en esta enfermedad.
"Como estas células operan modulando el movimiento y el pensamiento -agrega de Erausquin-, tienen un comportamiento de marcapasos, un ritmo fijo, controlado a su vez por otras interacciones. Pero para poder proveer este ritmo de actividad y disparo estas neuronas disponen de almacenes intracelulares de calcio, no evidentes en otras neuronas. Cuando este almacén extra, debido a algún estímulo excesivo, se libera de golpe, las neuronas fracasan en controlarlo y mueren o aumentan su posibilidad de morir. Esto podría suceder si existen complicaciones en el parto y hay sufrimiento e hipoxia fetal: esa ausencia de oxígeno funciona como estímulo excesivo y aumenta el riesgo de esquizofrenia varias veces. Es que según demostró el italiano Mercuri, las neuronas dopaminérgicas sometidas a hipoxia pierden el calcio intracelular y tienen más posibilidad de morir."
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Es un psiquiatra que vive en EE.UU.
Donó su premio de US$ 28.000 a la UBA
Gabriel de Erausquin se recibió en Buenos Aires y trabaja, desde hace 14 años, en los EEUU.
Fuente: La Nación