Informe del caso:
Un niño de tres años se presentó en el servicio de cirugía de urgencia con historia de 3 días de dolor abdominal, vómitos biliosos y estreñimiento absoluto. Existía historia de fiebre 7 días atrás la cual fue medicada con antipiréticos por el médico tratante. No había ninguna historia pasada sugestiva de enfermedad úlcero-péptica en el paciente o la familia.
En el examen, el niño estaba letárgico, deshidratado y anémico, tenía taquicardia y taquipnea. El examen cardíaco reveló soplo pansistólico sugestivo de enfermedad cardíaca congénita. El abdomen estaba distendido, doloroso a la palpación y defendía, los ruidos hidroaéreos estaban ausentes. El examen rectal reveló ampolla rectal vacía, sin melena.
Se le realizó una laparotomía exploratoria, después de compensado el paciente, con diagnóstico presuntivo de perforación ileal. En la cirugía, se detectó una perforación pequeña en la pared anterior de la primera parte del duodeno con una colección biliosa. Había contaminación mínima de la cavidad peritoneal. Se realizó cierre simple de la perforación con un parche de omental.
El lavage peritoneal fue hecho y el abdomen cerró con un drenaje. La recuperación post-operatorio fue normal. En el séptimo día del post-operatorio el niño desarrolló cianosis que se atribuyó a la enfermedad cardíaca congénita. Él diagnóstico fue Tetralogía de Fallot y está actualmente en tratamiento.
Artículo comentado por el Dr. Edgardo Checcacci, editor responsable de IntraMed en la espcialidad de Pediatría.