Según los especialistas, el tartamudeo, que afecta a un 1% de la población a partir de la pubertad y que tiene base genética, se debe a una desconexión entre determinadas áreas del cerebro relacionadas con el habla y el córtex.
La estructura de tejido de una región del hemisferio izquierdo del cerebro difiere en las personas que presentan tartamudeo de las que no lo presentan, señalan los autores del estudio, que compararon a un grupo de 15 personas sin problemas en el habla con otro de igual número de participantes con el problema.
"Las anomalías se desarrollan probablemente durante el período inicial del lenguaje y la adquisición del habla, que en muchos niños pasa por una fase transitoria de tartamudeo", apuntan los investigadores.
Webs Relacionadas
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Universidad de Goettingen
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The Lancet
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