La presente es una revisión actualizada del manejo del paciente con estenosis aórtica (EA) incluyendo la variedad sintomática y asintomática y algunas situaciones especiales como la EA en el anciano.

La estenosis sintomática severa

La decisión terapéutica en el paciente con EA sintomática es relativamente clara, puesto que la sobrevida en estos pacientes es mala. La presencia de disnea constituye el síntoma que produce mayor mortalidad y se considera que el 50% de estos pacientes fallecen dentro de los dos próximos años. Estos pacientes presentan dilatación del ventrículo y por lo tanto soportan una enorme tensión de pared con alto consumo de oxígeno. Debe recordarse que la dilatación del ventrículo izquierdo es un mecanismo de defensa eficaz en las insuficiencias valvulares por la ley de Starling.(1) 

En la EA, la dilatación empeora la mecánica ventricular. A la disnea le sigue en gravedad pronóstica el síncope (50% sobrevida en 3 años) y la angina de pecho (50% de sobrevida en 5 años.). En general los síntomas se desarrollan cuando el área valvular es <1,0 cm2, pero puede haber excepciones de pacientes sintomáticos con mayor área valvular y viceversa.(2)

Desde 1990, las curvas de sobrevida luego de la cirugía de reemplazo valvular ya mostraban una expectativa de vida casi similar a la de una población normal. Los progresos en las prótesis valvulares y las técnicas quirúrgicas en los diez años siguientes han mejorado aún más estos resultados.

Por lo tanto y considerando el mal pronóstico del tratamiento conservador en el paciente sintomático, es imperativa la indicación quirúrgica cuando existe angina, síncope y particularmente signos de insuficiencia cardíaca.(3,4).